Thursday,
November 8
LOVE WITHOUT BORDERS
LUKE 10: 30-37
Jesus told him, “Go and do likewise.”
Luke 10: 37 (NRSV)
In bringing others to the love of Jesus there may be some
way that we show bias, exclude one or prefer another and are unwilling to
present the whole message. Many factors
are involved here; some are related to our preferences, but others are related
to our prejudices, or even with our inability to see that everyone needs to
know the Lord’s love.
Let’s give some examples to illustrate what we want to say:
Perhaps I preach to a neighbor because I like him, or because I assume that he
is going to listen to me. To certain others we don’t speak because we assume they
are never going to believe (and in doing so we make an a priori
assumption that doubts the sovereignty and mercy of God. Who can state that
so-and-so will never accept the gospel?) Finally, how many people around us
have never heard a word from us relative to faith? Perhaps we feel unable to say anything
because our behavior has never previously spoken to them in support of our belief.
And without doubt, it is most difficult to take that love in
words and deeds to those whom our prejudices reject, today’s Samaritans in our
midst. Nevertheless, the Lord continues to insist, go and do likewise.
Prayer: Eternal God, your commands must be obeyed.
You are a God of love and compassion without respect of persons. Don’t let our
prejudices keep us from fulfilling the great commission of preaching to every
creature. Amen.
Translation by John Potter
SIN FRONTERAS EL AMOR
LUCAS 10: 30-37
Entonces Jesús le
dijo: Ve y haz tú lo mismo.
Lucas 10: 37
El llevar a otros al
amor de Jesús puede ser algo que nosotros mismos parcialicemos, excluimos a
unos o preferimos a otros, y no estamos dispuestos a anunciar a todos el
mensaje. Aquí se involucran muchos factores; algunos tienen que ver con
nuestras preferencias, pero otros tienen que ver con nuestros prejuicios, o
incluso con nuestra incapacidad de ver la necesidad que tienen todas las
personas de conocer el amor del Señor.
Pongamos algunos
ejemplos para ilustrar lo que queremos decir: tal vez le predico a un vecino
porque me cae bien, o porque asumo que me va a escuchar; a determinadas gentes
ni hablar, para qué asumimos- esos no van a creer nunca (y hacemos una
valoración a priori que pone en dudas la soberanía y la misericordia de Dios.) Quién puede
afirmar que determinada persona nunca va a aceptar el evangelio? Finalmente, ¿cuánta
gente cercana nunca ha oído de nosotros una palabra relativa a la fe? Nos
sentimos incapaces de decir nada quizás porque nuestra conducta no les ha
hablado previamente a favor de nuestra creencia.
Y lo más difícil, sin
dudas, se trata de llevar ese amor en palabras y hechos a aquellos a los que
nuestros prejuicios rechazan, los "samaritanos" de hoy en nuestro
medio; no obstante, el Señor nos sigue insistiendo: ve y haz tú lo mismo.
Oración: Dios eterno, tus
mandatos deben ser obedecidos. Tú eres un Dios de amor y compasión sin acepción
de personas. No permitas que nuestros prejuicios nos aparten de cumplir la gran
comisión de predicar a toda criatura. Amén.
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