Wednesday,
March 6
Ash Wednesday
GOD’S LOVE
JOHN 3:16-21
For God so loved the world that he gave his only Son,
so that everyone who believes in him may not perish but may
have eternal life.
John 3:16 NRSV)
In one of his religious dramas, the great Spanish poet,
Calderón, introduces us to a young Roman woman, in the early days of
Christianity, vowing to herself not to marry except to the man who proves his
love by endangering his life for her.
The young woman, being of Roman nobility, listened one day
to a traveling preacher in the street who announced the story of the one who
wanted, for love of sinners, to make his life an atonement, dying on the cross.
She felt that she had found the being worthy of her love and
became one of his faithful followers. Finally, the poet shows the heroine
Daria, sealing her witness in martyrdom, corresponding to the love of the one
who had died for her.
The way in which God has made us know his love is eloquent
and palpable: he has given his own Son so that we may find in his sacrifice the
way of salvation. There is no other way of expressing love than that of
sacrifice. In Christ is the proof of God’s love. It is not necessary, like
Daria, to try to pay for it with martyrdom. The heart’s simplest faith is enough.
Prayer: We give you
thanks, God, for the gift of Jesus Christ. Today, as we begin the season of
Lent, we appreciate in such a way the sacrifice of your love, that we make the
cross of Christ our own.
Translation
by John Potter
Miércoles de Ceniza
EL AMOR DE DIOS
JUAN 3:16-21
De tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado
a su Hijo unigénito para
que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga
vida eterna.
Juan 3:16
En uno de sus dramas religiosos,
el gran poeta español, Calderón, nos presenta a una joven romana, en los
primeros tiempos del cristianismo, jurándose a sí misma no darse al matrimonio
sino al hombre que pruebe su amor hacia ella poniendo en peligro su vida por
ella.
La joven, perteneciente
a la nobleza romana, un día escuchó a un predicador ambulante, quien en la
calle anunciaba la historia del que quiso, en amor a los pecadores, poner su
vida en expiación, muriendo en la cruz.
Ella sintió que había
hallado al ser digno de su amor y se convirtió en una de sus fieles seguidoras.
El poeta presenta, al fin, a la heroína Daria, sellando su testimonio con el
martirio, en correspondencia al amor del que había muerto por ella.
La forma en que Dios nos
ha dado a conocer su amor es elocuente y palpable: ha entregado a su propio
Hijo para que hallemos en su sacrificio el camino de la salvación. No hay otra
forma de expresar el amor que ésta del sacrificio. En Cristo está la prueba del
amor de Dios. Y para que ese amor sea efectivo en nosotros, no se nos pide otra
cosa que creamos. No es necesario aceptar el amor de Dios, como Daria, tratando
de pagarlo con el martirio. Es suficiente la más sencilla fe del corazón.
Oración: Gracias te damos, Dios
nuestro, por la dádiva de Jesucristo. Hoy, cuando comenzamos la Cuaresma,
apreciamos de tal forma el sacrificio de tu amor, que hacemos nuestra la cruz
de Cristo. Amén.
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