Monday, June 3
THE CORNER FOR
DEVOTIONS
PSALM 55:4-8
Oh, that I had
wings like a dove!
Psalm 55:6a (NRSV)
A sign of
the times in which we live is escapism; that is to say, eagerness to avoid the
tasks and responsibilities which overwhelm us in order to turn aside and rest,
far from all the clamor of the world.
In itself, this idea is sane and healthy. Pausing on the high road when tired,
stopping to reflect and recover strength, is a sign of good stewardship of our
energy. But there are those who desire to escape reality, for fear of that same
reality, in order to ruminate on their anxieties and petty miseries. They are
those who are constantly crying out for wings but don’t know how to fly. It was
for those people that Enrique Gonzáles wrote his poem: “Alas! Everyone shouts
alas, but no one knows how to cast off ballast at the right time . . .” That
ballast, that excessive weight of envy and desire for vengeance is what binds
many people to a life of gloomy sounds. Only those who can cast off that great
weight from their shoulders will be able to fly freely over the blue ocean of
illusion, over the sea with unlimited hope. When will we unlock our feet and
our hands? When will we clothe the perfect nakedness of our spirit? When will
we find the route that marks our liberation?
Prayer: Lord, grant us the rest we need in times of tension and
tumult. Don’t allow us to fall into the abyss of despair. Give us wings and
strength to fly to you. Allow us to dedicate time for a devotional corner which
allows us to hear you and to discover the moment to spread our wings. Amen.
Translation by John Potter
EL RINCÓN DEVOCIONAL
SALMO 55:4-8
¡Quién me diese alas, de paloma!
Salmo 55:6a
Una señal de los tiempos que
vivimos es el escapismo; es decir, la ansiedad por escapar de las tareas y las
responsabilidades que nos agobian para retirarnos y descansar, alejados de todo
mundanal ruido. Este pensamiento es
en sí sano y saludable. Hacer un alto en el camino fatigante, detenerse a
reflexionar y a recuperar las fuerzas, es un signo de la buena mayordomía del
tiempo y de las energías. Pero hay también quienes desean escapar de la
realidad por miedo a la realidad misma, con el objeto de rumiar en silencio sus
angustias y pequeñas miserias. Son los que están clamando constantemente por
alas, pero no saben ni pueden volar. Para estos escribió Enrique Gonzáles su
poema: “¡Alas! ¡Todos pedimos alas! Mas, ninguno sabe arrojar el lastre en el
tiempo oportuno…”. Ese “lastre” ese peso excesivo de envidias y ansiadas
venganzas, es lo que ata a mucha gente a una vida de tonos lúgubres. Y sólo
quien se quita de los hombros tamaña carga será capaz de volar libremente por
el piélago azul de la ilusión, sobre el mar sin límites de esperanza. ¿Cuándo
desclavaremos nuestros pies, nuestras manos?
¿Cuándo revestiremos la desnudez perfecta de nuestro propio espíritu?
¿Cuándo daremos con la ruta que nos marque nuestra liberación?
Oración: Concédenos, Señor, el descanso que necesitamos en las
horas de tensión y de tumulto. No nos dejes caer en los abismos de la
desesperación. Danos alas y fuerzas para volar hacia ti. Permítenos dedicar
tiempo a un rincón devocional que nos permite escucharte y descubrir el momento
de desplegar nuestras alas. Amén.
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