Monday, June 3, 2019

Monday, June 3 THE CORNER FOR DEVOTIONS PSALM 55:4-8


Monday, June 3
THE CORNER FOR DEVOTIONS
PSALM 55:4-8
Oh, that I had wings like a dove!
Psalm 55:6a (NRSV)
            A sign of the times in which we live is escapism; that is to say, eagerness to avoid the tasks and responsibilities which overwhelm us in order to turn aside and rest, far from all the clamor of the world. In itself, this idea is sane and healthy. Pausing on the high road when tired, stopping to reflect and recover strength, is a sign of good stewardship of our energy. But there are those who desire to escape reality, for fear of that same reality, in order to ruminate on their anxieties and petty miseries. They are those who are constantly crying out for wings but don’t know how to fly. It was for those people that Enrique Gonzáles wrote his poem: “Alas! Everyone shouts alas, but no one knows how to cast off ballast at the right time . . .” That ballast, that excessive weight of envy and desire for vengeance is what binds many people to a life of gloomy sounds. Only those who can cast off that great weight from their shoulders will be able to fly freely over the blue ocean of illusion, over the sea with unlimited hope. When will we unlock our feet and our hands? When will we clothe the perfect nakedness of our spirit? When will we find the route that marks our liberation?


Prayer: Lord, grant us the rest we need in times of tension and tumult. Don’t allow us to fall into the abyss of despair. Give us wings and strength to fly to you. Allow us to dedicate time for a devotional corner which allows us to hear you and to discover the moment to spread our wings. Amen.


Translation by John Potter


EL RINCÓN DEVOCIONAL
SALMO 55:4-8
¡Quién me diese alas, de paloma!
Salmo 55:6a

Una señal de los tiempos que vivimos es el escapismo; es decir, la ansiedad por escapar de las tareas y las responsabilidades que nos agobian para retirarnos y descansar, alejados de todo mundanal ruido. Este pensamiento es en sí sano y saludable. Hacer un alto en el camino fatigante, detenerse a reflexionar y a recuperar las fuerzas, es un signo de la buena mayordomía del tiempo y de las energías. Pero hay también quienes desean escapar de la realidad por miedo a la realidad misma, con el objeto de rumiar en silencio sus angustias y pequeñas miserias. Son los que están clamando constantemente por alas, pero no saben ni pueden volar. Para estos escribió Enrique Gonzáles su poema: “¡Alas! ¡Todos pedimos alas! Mas, ninguno sabe arrojar el lastre en el tiempo oportuno…”. Ese “lastre” ese peso excesivo de envidias y ansiadas venganzas, es lo que ata a mucha gente a una vida de tonos lúgubres. Y sólo quien se quita de los hombros tamaña carga será capaz de volar libremente por el piélago azul de la ilusión, sobre el mar sin límites de esperanza. ¿Cuándo desclavaremos nuestros pies, nuestras manos?  ¿Cuándo revestiremos la desnudez perfecta de nuestro propio espíritu? ¿Cuándo daremos con la ruta que nos marque nuestra liberación?

Oración: Concédenos, Señor, el descanso que necesitamos en las horas de tensión y de tumulto. No nos dejes caer en los abismos de la desesperación. Danos alas y fuerzas para volar hacia ti. Permítenos dedicar tiempo a un rincón devocional que nos permite escucharte y descubrir el momento de desplegar nuestras alas. Amén.


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