Wednesday,
June 26
129th anniversary of the IPRC
BACK TO THE ORIGINS
1 PETER 2:4-10
It sprouted and became a low, spreading
vine…
Ezekiel 17:5-6 (NIV)
Marcial, the leading character of “Viaje a la semilla” (Trip to the Seed), by
the Cuban author Alejo Carpentier, travels back from death to youth and infancy
in a journey that ends in his mother’s womb. We do this every June 26 when we
recall the humble beginnings of the Presbyterian Church in Cuba. Our trip to
the seed includes a series of images, facts, and faces that over time represent
our Cuban Presbyterian identity. What it means to be a Presbyterian in Cuba is
not an open and shut matter, because Cuban Presbyterianism is being built daily
in the responses to the challenges that life brings us, illuminated by the Word
and the certain guide of the Holy Spirit.
That seed that was one day planted and
watered by Evaristo Collazo, and which God enabled to grow, became –as the
prophet said— a vine with many branches that buried their roots in the soil. This
vine is the Reformed Presbyterian Church in Cuba, which at the age of 129 is
still young and has not stopped working for our country, helping to nourish a
faithful community of followers of Jesus Christ. We have watered and tended
this lovely vine because we have done as God commanded, and we have grown since
God has saved us and sustained us thus far.
Prayer: Lord, thank you for calling us to be
part of your Church, your redeemed people that are working today for service
and for reconciliation for a better Cuba. Amen.
Translation by George Meek
Aniversario 129 de la IPRC
VOLVIENDO A LOS ORÍGENES
1 PEDRO 2:4-10
Tomó una semilla, y fue a
sembrarla en buena tierra…
La semilla creció, y se
convirtió en una vid…
Ezequiel 17:5-6
Marcial, protagonista de
“Viaje a la semilla”, obra del escritor cubano Alejo Carpentier, viaja en el
tiempo desde la muerte a la juventud y la infancia en un recorrido que culmina
en el vientre materno. Así hacemos cada 26 de junio, al evocar los humildes
inicios de la Iglesia Presbiteriana en Cuba. Nuestro viaje a la semilla
contempla una sucesión de imágenes, hechos y rostros a través de los que fluye
en el tiempo nuestra identidad presbiteriana cubana. La cuestión de lo que
significa ser presbiteriano en Cuba no se puede explicar de manera acabada o
cerrada, porque ser presbiteriano cubano es algo que se va construyendo en el
día a día, en las respuestas a los desafíos que la vida nos trae, iluminados
por la Palabra y bajo la guía certera del Espíritu Santo.
Aquella semilla que un
día plantó y regó el reverendo Evaristo Collazo, y que Dios hizo crecer, se
convirtió –al decir del profeta— en una vid, con muchas ramas, y que hundió sus
raíces en el suelo. Esa vid es nuestra actual Iglesia Presbiteriana-Reformada
en Cuba, que con sus 129 años es todavía joven y no cesa de trabajar a favor de
nuestro pueblo, y de ayudar a sostener en la fe a una fiel comunidad de
seguidores de Jesucristo. Quienes hemos regado y cuidado esta hermosa planta
hemos hecho lo que el Señor nos mandó hacer, pero hoy somos más presbiterianos
porque es Dios quien nos ha salvado y nos ha sostenido hasta aquí.
Oración: Señor, gracias por
llamarnos a ser parte de tu Iglesia, tu pueblo redimido que hoy se esfuerza en
practicar el servicio y la reconciliación para una Cuba mejor. Amén.
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