Wednesday, June 26, 2019

Wednesday, June 26 129th anniversary of the IPRC BACK TO THE ORIGINS 1 PETER 2:4-10


Wednesday, June 26
129th anniversary of the IPRC

BACK TO THE ORIGINS
1 PETER 2:4-10

He took one of the seedlings of the land and put it in fertile soil…
It sprouted and became a low, spreading vine…
Ezekiel 17:5-6 (NIV)

Marcial, the leading character of “Viaje a la semilla” (Trip to the Seed), by the Cuban author Alejo Carpentier, travels back from death to youth and infancy in a journey that ends in his mother’s womb. We do this every June 26 when we recall the humble beginnings of the Presbyterian Church in Cuba. Our trip to the seed includes a series of images, facts, and faces that over time represent our Cuban Presbyterian identity. What it means to be a Presbyterian in Cuba is not an open and shut matter, because Cuban Presbyterianism is being built daily in the responses to the challenges that life brings us, illuminated by the Word and the certain guide of the Holy Spirit.

That seed that was one day planted and watered by Evaristo Collazo, and which God enabled to grow, became –as the prophet said— a vine with many branches that buried their roots in the soil. This vine is the Reformed Presbyterian Church in Cuba, which at the age of 129 is still young and has not stopped working for our country, helping to nourish a faithful community of followers of Jesus Christ. We have watered and tended this lovely vine because we have done as God commanded, and we have grown since God has saved us and sustained us thus far.

Prayer: Lord, thank you for calling us to be part of your Church, your redeemed people that are working today for service and for reconciliation for a better Cuba. Amen.

 Translation by George Meek

Aniversario 129 de la IPRC

VOLVIENDO A LOS ORÍGENES
1 PEDRO 2:4-10

Tomó una semilla, y fue a sembrarla en buena tierra…
La semilla creció, y se convirtió en una vid…
Ezequiel 17:5-6

Marcial, protagonista de “Viaje a la semilla”, obra del escritor cubano Alejo Carpentier, viaja en el tiempo desde la muerte a la juventud y la infancia en un recorrido que culmina en el vientre materno. Así hacemos cada 26 de junio, al evocar los humildes inicios de la Iglesia Presbiteriana en Cuba. Nuestro viaje a la semilla contempla una sucesión de imágenes, hechos y rostros a través de los que fluye en el tiempo nuestra identidad presbiteriana cubana. La cuestión de lo que significa ser presbiteriano en Cuba no se puede explicar de manera acabada o cerrada, porque ser presbiteriano cubano es algo que se va construyendo en el día a día, en las respuestas a los desafíos que la vida nos trae, iluminados por la Palabra y bajo la guía certera del Espíritu Santo.

Aquella semilla que un día plantó y regó el reverendo Evaristo Collazo, y que Dios hizo crecer, se convirtió –al decir del profeta— en una vid, con muchas ramas, y que hundió sus raíces en el suelo. Esa vid es nuestra actual Iglesia Presbiteriana-Reformada en Cuba, que con sus 129 años es todavía joven y no cesa de trabajar a favor de nuestro pueblo, y de ayudar a sostener en la fe a una fiel comunidad de seguidores de Jesucristo. Quienes hemos regado y cuidado esta hermosa planta hemos hecho lo que el Señor nos mandó hacer, pero hoy somos más presbiterianos porque es Dios quien nos ha salvado y nos ha sostenido hasta aquí.

Oración: Señor, gracias por llamarnos a ser parte de tu Iglesia, tu pueblo redimido que hoy se esfuerza en practicar el servicio y la reconciliación para una Cuba mejor. Amén.



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