Sunday,
June 23
IN ORDER NOT TO SINK
PSALM 107:13-26
God quieted the storm to a whisper; the
sea’s waves were hushed.
Let them thank the Lord for his faithful
love
and his wondrous works for all people.
Psalm 107:29, 31 (CEB)
Water is the medium where a boat
normally navigates; but if the water penetrates the boat and fills it up, the
boat will sink. In the same way, if the
believer allows the world to enter him, if the mundane floods his heart, he
will suffer a sinking of his spiritual life.
The praying believer keeps his heart in submission to the One he
believes in, so that he or she remains in peace and security.
Everyone knows that it is impossible to
live without water. But also, everyone
knows that if someone lasts a long time submerged in water, he will lose his
life, because he will suffocate. Water
is indispensable for our bodies, but no one wants to drown. In the same way, the physical world is necessary,
and it is difficult to live without the things of the world. God created the world so that the human being
can live in it with responsibility, but nevertheless, it is not necessary to
drown oneself in it. Those who abandon prayer, the breath of the soul, will
drown.
A sailboat cannot move if the sail is
not unfurled. However, the power of the wind does not diminish whether the sail
is furled or not. Faith is the sail that
the believer is invited to put out in order to receive the wind of God’s grace.
Prayer: Oh God, help us
to know when the things that we need cause damage by taking them to excess. Allow
us to know the limits. Amen.
Translation
by Deborah McEachran
PARA NO NAUFRAGAR
SALMO 107:13-26
El Señor cambia la
tempestad en sosiego, y se apaciguan
sus ondas. Alaben la
misericordia del Señor y sus maravillas
para con los hijos de los
hombres
Salmo 107:29 y 31
Es el agua el medio donde
navega normalmente un barco; pero si ella penetra en él hasta llenarlo, el
barco naufragará. De la misma forma, si el creyente permite que el mundo entre
en él, si lo mundano inunda su corazón, sufrirá el naufragio de su vida
espiritual. El creyente de oración guarda su corazón en sumisión a Aquel que lo
creó, de modo que permanezca en paz y seguridad.
Cada uno sabe que es
imposible vivir sin agua. Pero también sabe que si alguien permanece mucho
tiempo sumergido en el agua pierde la vida, porque muere asfixiado. Ella es
indispensable para nuestro cuerpo, pero nadie desea morir ahogado. De igual
modo, es preciso servirse del mundo físico y de las cosas del mundo, porque es
difícil vivir sin ellas. Dios creó el mundo para que el ser humano viva en él
con responsabilidad; sin embargo, no es necesario ahogarse en él. Los que
abandonan la oración, la respiración del alma, mueren asfixiados.
Un barco de vela no puede
avanzar si la vela no está desplegada. No obstante, el poder del viento no
disminuye por ello. La fe es la vela que el creyente está invitado a tender
para recibir el viento de la gracia de Dios.
Oración: Oh Dios, ayúdanos a
reconocer cuándo las cosas que necesitamos nos hacen daño por tomarlas en
exageración. Permítenos conocer el
límite. Amén.
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