Thursday, July 4
Celebration
of the Mission Church CANIP
CONSTANTS IN
PRAYER
ROMANS 12:12-13
Rejoice in hope, be
patient in suffering, persevere in prayer.
Romans 12:12 (NRSV)
It was
already late, and the time had come for my nephew Alberto to go to bed. The
child hugged his parents lovingly and then, turning to his grandmother, also
kissed her and said, “Good night, Grandma. I’m going to bed. Do you need
anything?” “No, sweetheart, but why do you ask me that?” said the grandmother.
Then the child replied, “Because I’m going to say my prayers.” Isn’t that a
lesson for us? Is this how we start and end our days?
Blessed are
the grandparents who benefit from the prayers of their grandchildren, and vice
versa. How privileged are those grandchildren whose names are uttered on bended
knee every morning and night by their parents and grandparents! For example,
among those who are retired, is there any activity which has more value? Many
tend their garden with care. Do not the young souls in their charge deserve to
be cultivated day by day to the end that they may bear fruit for God?
At the age
of 80 years, the author of these lines hasn’t forgotten the short prayer that
his mama taught him to say every night at the foot of his bed when he was a
child: “Lord Jesus, teach me to know you and to love you . . . .”
Prayer: Thank you, my good God, for the life of my parents and
grandparents. Bless all those who maintain an abundant and fruitful prayer
life. Amen.
Translation
by John Potter
Celebración de la Iglesia Dependiente del
CANIP
CONSTANTES EN LA ORACIÓN
ROMANOS 12:12-13
...gozosos en la esperanza;
sufridos en la tribulación;
constantes en la oración…
Romanos 12:12
Ya era tarde y había
llegado el momento para mi sobrino Alberto de ir a la cama. El niño abrazó
cariñosamente a sus padres y luego, volviéndose hacia su abuela, también la
besó y le dijo: “Buenas noches, abuelita, voy a acostarme. ¿Necesitas algo?”
“No, hermosura; pero ¿por qué me preguntas eso?” Le dijo la abuela. Entonces el
niño respondió: “Porque voy a hacer mi oración”
¿No es ésta una lección
para nosotros? ¿Es así como empezamos y terminamos nuestros días?
Dichosos los abuelos que
se benefician de las oraciones de sus nietos, y viceversa. ¡Qué privilegiados
son los nietos cuyos nombres son pronunciados de rodillas cada mañana y cada
noche por sus padres o abuelos! Por ejemplo, para los jubilados, ¿hay una
actividad que tenga más valor? Muchos de ellos cuidan con esmero su jardín. ¿No
merecen las jóvenes almas que tienen a su cargo ser cultivadas día tras día a
fin de que lleven fruto para Dios?
A los 80 años de edad,
el autor de estas líneas no ha olvidado la corta oración que su mamá le enseñó
a pronunciar cada noche al pie de su cama, cuando aún era niño: “Señor Jesús,
enséñame a conocerte y a amarte…”.
Oración: Gracias mi buen Dios, por la vida de mis padres
y mis abuelos. Bendice a todos aquellos que mantienen una vida abundante y
fructífera de oración. Amén.
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