Thursday, July 4, 2019

Thursday, July 4 Celebration of the Mission Church CANIP CONSTANTS IN PRAYER ROMANS 12:12-13


Thursday, July 4
Celebration of the Mission Church CANIP
CONSTANTS IN PRAYER
ROMANS 12:12-13

Rejoice in hope, be patient in suffering, persevere in prayer.
Romans 12:12 (NRSV)
            It was already late, and the time had come for my nephew Alberto to go to bed. The child hugged his parents lovingly and then, turning to his grandmother, also kissed her and said, “Good night, Grandma. I’m going to bed. Do you need anything?” “No, sweetheart, but why do you ask me that?” said the grandmother. Then the child replied, “Because I’m going to say my prayers.” Isn’t that a lesson for us? Is this how we start and end our days?
            Blessed are the grandparents who benefit from the prayers of their grandchildren, and vice versa. How privileged are those grandchildren whose names are uttered on bended knee every morning and night by their parents and grandparents! For example, among those who are retired, is there any activity which has more value? Many tend their garden with care. Do not the young souls in their charge deserve to be cultivated day by day to the end that they may bear fruit for God?
            At the age of 80 years, the author of these lines hasn’t forgotten the short prayer that his mama taught him to say every night at the foot of his bed when he was a child: “Lord Jesus, teach me to know you and to love you . . . .”

Prayer: Thank you, my good God, for the life of my parents and grandparents. Bless all those who maintain an abundant and fruitful prayer life. Amen.


Translation by John Potter

Celebración de la Iglesia Dependiente del CANIP
CONSTANTES EN LA ORACIÓN
ROMANOS 12:12-13

...gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación;
constantes en la oración…
Romanos 12:12

Ya era tarde y había llegado el momento para mi sobrino Alberto de ir a la cama. El niño abrazó cariñosamente a sus padres y luego, volviéndose hacia su abuela, también la besó y le dijo: “Buenas noches, abuelita, voy a acostarme. ¿Necesitas algo?” “No, hermosura; pero ¿por qué me preguntas eso?” Le dijo la abuela. Entonces el niño respondió: “Porque voy a hacer mi oración”

¿No es ésta una lección para nosotros? ¿Es así como empezamos y terminamos nuestros días?
Dichosos los abuelos que se benefician de las oraciones de sus nietos, y viceversa. ¡Qué privilegiados son los nietos cuyos nombres son pronunciados de rodillas cada mañana y cada noche por sus padres o abuelos! Por ejemplo, para los jubilados, ¿hay una actividad que tenga más valor? Muchos de ellos cuidan con esmero su jardín. ¿No merecen las jóvenes almas que tienen a su cargo ser cultivadas día tras día a fin de que lleven fruto para Dios?
A los 80 años de edad, el autor de estas líneas no ha olvidado la corta oración que su mamá le enseñó a pronunciar cada noche al pie de su cama, cuando aún era niño: “Señor Jesús, enséñame a conocerte y a amarte…”.

Oración: Gracias mi buen Dios, por la vida de mis padres y mis abuelos. Bendice a todos aquellos que mantienen una vida abundante y fructífera de oración. Amén.

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