Wednesday,
July 17
AN OPEN HEART
1 PETER 3:13-18
Instead, regard Christ
as holy in your hearts…
1 Peter 3:15 (CEB)
A great Christian woman
had completed a week of conferences. Through
her written word and her personal testimony, God had done a great work. Someone, commenting on what this woman had
done, said: “It is not strange that God uses her as an instrument of blessing
for those who listen to her. It is because
she loves God in a great way. When God
wants to give her a task, God does not have to knock at the door to her
heart. This heart is wide open.” This
worker of the Lord has been consecrated fully and maintains a reverent attitude
toward Christ, available to listen to his signs.
How do we respond to
his great love? All too often our heart
has been inundated with selfish worries.
This means the doors of our soul do not open to the flow of God’s
love. This also makes us unsuited for a
life of service. Let’s go to Christ and let
his grace purify us and free us of selfishness; only in this way will we enjoy
his great blessings that now surround us.
Dedication to the service of Christ brings its own reward.
Prayer: Lord, help us to respond dedicating ourselves
to you and staying free of selfishness. Amen.
Translation by Deborah
McEachran
UN CORAZÓN
ABIERTO
1
PEDRO 3:13-18
Sino
santificad a Dios el Señor en vuestros corazones...
1
Pedro 3:15
Una
gran mujer cristiana había terminado una semana de conferencias. Por medio de
su palabra escrita y su testimonio personal, Dios había llevado una gran obra.
Alguien, al comentar lo que esta mujer había hecho, dijo: “No es extraño que
Dios la use como instrumento para bendición de quienes la escuchan. Es que ella
le ama en gran manera. Cuando Dios le quiere encomendar una tarea, no tiene que
llamar a la puerta de su corazón. Este se halla abierto de par en par”.
Esta
obrera del Señor se ha consagrado por completo y se mantiene en actitud
reverente hacia Cristo, dispuesta escuchar sus señales.
¿En
qué forma correspondemos nosotros a su gran amor? Con demasiada frecuencia el
corazón se haya inundado de preocupaciones egoístas. Por lo mismo, las puertas
del alma no se abren a los efluvios del amor de Dios. Semejante condición
incapacita para una vida de servicio. Acudamos a Cristo y que su gracia nos
purifique y nos libere del egoísmo; sólo así disfrutaremos de sus grandes
bendiciones para cuantos nos rodean. La consagración al servicio de Cristo trae
su propia recompensa.
Oración:
Señor, ayúdanos a responder consagrándonos a ti y
alejándonos del egoísmo. Amén.
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