Friday, November 15
HAVE FAITH!
PSALM 18:2-5
Mi Señor y Dios… tú eres mi fuerza… ¡En ti confío!
Psalm 18:2 (NRSV)
A nine-story building was
on fire; the residents had quickly left their apartments with the exception of
an eight-year-old child asleep on the eighth floor. His family wasn’t at home.
The fire fighters tried without success to suppress the fire. Suddenly the
father appeared, fearing for his son.
Seeing this situation, the fire fighters made one more attempt, but they
couldn’t get to the stairs because of the flames.
Then they
heard the wail of the child shouting, “Daddy, I’m scared!”
The father,
crying, told him, “Son, don’t be afraid. I’m here below. Don’t be afraid.”
But the
child couldn’t see him. “Daddy, I can’t see you. I can only see smoke and
fire.”
The father
saw the child’s silhouette in the fire – “Son, I can see you! You know what you
have to do: throw yourself down so that we can catch you down here.”
“But I
can’t see you.”
The father
replied, “You know what you have to do: close your eyes and jump!”
When the
child jumped, the people below caught him. Father and child hugged each other
and wept together.
We often
have fires and despair in our lives, but we must not forget that we have a
friendly and loving God who is there to welcome us in his arms.
Prayer: Lord, may we always have strength, that even when we can’t
see or feel anything, we may have faith that you are attentive to our cries and
despairs. You are my strength, my powerful salvation, my high refuge. Amen.
Translation
by John Potter
¡TEN CONFIANZA!
SALMO 18:2-5
Mi Señor y Dios… tú eres mi fuerza… ¡En ti confío!
Salmo 18:2
Un edificio de 9 pisos
se estaba incendiando; sus habitantes habían salido rápidamente de sus
apartamentos, a excepción de un niño de 8 años de edad que dormía en el octavo
piso, pues su familia no estaba en casa. Los bomberos intentaban apagar el fuego,
pero sus esfuerzos eran vanos. De repente aparece su padre, preocupado por su
hijo. Viendo este cuadro, los bomberos hacen un último intento, pero no podían
llegar por las escaleras por haber fuego en todas ellas. Entonces se escucha el
llanto del niño gritando: “Papi ¡Tengo miedo!”.
El padre, llorando, le
dice: - “¡Hijo! No tengas miedo, yo estoy aquí abajo, no tengas miedo”. Pero el
niño no podía verlo: “Papi no te veo, sólo veo humo y fuego”. El padre puede
notar la silueta por el fuego: -“Pero yo si te veo, hijo”. “Hijo sabes lo que
tienes que hacer, tírate que aquí te agarremos todos los que estamos abajo”. El
hijo le dice: “Pero no te veo”. El padre contesta. “¡Sabes cómo debes hacer,
cierra los ojos y lánzate!” Cuando el niño se lanzó, abajo lo rescataron. Padre
e hijo se abrazaron y lloraron juntos.
Muchas veces en nuestras
vidas tenemos incendios, desesperaciones, pero no debemos olvidar que tenemos
un Dios Amigo y Amoroso que está ahí para acogernos entre sus brazos.
Oración: Dios, permite que siempre tengamos fuerzas, que
aunque no veamos ni sintamos nada, tengamos confianza que Tú estás atento a
nuestros gritos y desesperaciones. Tú eres mi fuerza, mi poderosa salvación, mi
alto refugio. Amén.
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