Tuesday, January 14, 2020

Tuesday, January 14 BEING HAPPY IS NOT A CRIME JOHN 2:1-11



Tuesday, January 14
Anniversary of the Church in La Fernanda
BEING HAPPY IS NOT A CRIME
JOHN 2:1-11.
But you have kept the good wine until now.
John 2:10c (NRSV)
            The Jesus that this story shows us was not a sour puss but took delight in the joy of others. He was always paying attention to what was going around him, looking for ways to transform sadness into joy.
            Despite knowing this, we sometimes display sadness as an essential part of the Christian faith, denying the reality that the greatest signs of Jesus’ presence can be seen in every little moment of joy–moments that do not return.  Perhaps those who share with me today will be gone tomorrow. For that reason we need to live fully in the happiness of every day, on every occasion that God gives to us. We must learn to discover Jesus in the joy of every little moment, in the daily miracles, but also in the hard moments, those of fear and sadness.
            Let us invite Jesus every day to the feast of our life; only in this way can he replace what saddens us with the wine of joy that fills us with strength to live.

Prayer: Lord, change our sadness into joy by walking toward you. Amen.


Translation by John Potter

Enero 14, Martes
Aniversario de la Iglesia en La Fernanda
NO ES UN CRIMEN SER FELIZ
JUAN 2:1-11.
Tú has guardado el mejor vino hasta ahora.
Juan 2,10c
El Jesús que nos muestra esta historia no era un amargado, sino que disfrutaba la alegría de otros. Siempre estaba atento a lo que pasaba a su alrededor, buscando transformar la tristeza en alegría.
A pesar de saber esto, a veces mostramos la tristeza como parte esencial de la fe cristiana, negándonos a la realidad de que las más grandes señales de la presencia de Jesús las podemos apreciar en cada pequeño momento de alegría. Momentos que no vuelven. Quizás aquellos que hoy comparten conmigo mañana no estén. Por eso necesitamos habitar plenamente en la felicidad de cada día, en toda ocasión que nos regale Dios.
Debemos aprender a descubrir a Jesús en la alegría de cada pequeño momento, en los milagros cotidianos, pero también en los duros momentos, los de miedo y tristeza.
Invitemos a Jesús cada día a la fiesta de nuestra vida, solo así podrá sustituir lo que nos entristece, con el vino de la alegría que nos llena de fuerzas para vivir.
Oración: Señor, convierte nuestra tristeza en alegría para caminar hacia ti. Amén.

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