Tuesday, January
14
Anniversary of the
Church in La Fernanda
BEING HAPPY IS NOT
A CRIME
JOHN 2:1-11.
But you have kept
the good wine until now.
John 2:10c (NRSV)
The Jesus
that this story shows us was not a sour puss but took delight in the joy of
others. He was always paying attention to what was going around him, looking
for ways to transform sadness into joy.
Despite
knowing this, we sometimes display sadness as an essential part of the
Christian faith, denying the reality that the greatest signs of Jesus’ presence
can be seen in every little moment of joy–moments that do not return. Perhaps those who share with me today will be
gone tomorrow. For that reason we need to live fully in the happiness of every
day, on every occasion that God gives to us. We must learn to discover Jesus in
the joy of every little moment, in the daily miracles, but also in the hard
moments, those of fear and sadness.
Let us
invite Jesus every day to the feast of our life; only in this way can he
replace what saddens us with the wine of joy that fills us with strength to
live.
Prayer: Lord, change our sadness into joy by walking toward you. Amen.
Translation by John Potter
Enero 14, Martes
Aniversario de la Iglesia en La Fernanda
NO ES UN CRIMEN SER FELIZ
JUAN 2:1-11.
Tú has guardado el mejor vino hasta ahora.
Juan 2,10c
El Jesús que nos muestra esta
historia no era un amargado, sino que disfrutaba la alegrÃa de otros. Siempre
estaba atento a lo que pasaba a su alrededor, buscando transformar la tristeza
en alegrÃa.
A pesar de saber esto, a veces
mostramos la tristeza como parte esencial de la fe cristiana, negándonos a la
realidad de que las más grandes señales de la presencia de Jesús las podemos
apreciar en cada pequeño momento de alegrÃa. Momentos que no vuelven. Quizás
aquellos que hoy comparten conmigo mañana no estén. Por eso necesitamos habitar
plenamente en la felicidad de cada dÃa, en toda ocasión que nos regale Dios.
Debemos aprender a descubrir a
Jesús en la alegrÃa de cada pequeño momento, en los milagros cotidianos, pero
también en los duros momentos, los de miedo y tristeza.
Invitemos a Jesús cada dÃa a
la fiesta de nuestra vida, solo asà podrá sustituir lo que nos entristece, con
el vino de la alegrÃa que nos llena de fuerzas para vivir.
Oración: Señor, convierte nuestra tristeza en alegrÃa para
caminar hacia ti. Amén.
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