Saturday, December 24
THE BIRTH OF OUR LORD
MATTHEW 1:18-25
"Look, the
virgin shall conceive and bear a son, and they shall name him Emmanuel,"
which means, "God is with us."
Matthew 1:23
Mary and Joseph
set out on a journey of faith with doubts, conflicts and tensions, but they believed
in God’s plans. By accepting Jesus after the angel’s announcement to Mary, they
accept the life and the God of life that the child gave them. That was an act
of faith and hope made possible by the love that the two of them shared.
Seven hundred
years before the birth of the child Jesus, in the Old Testament, the prophet
Isaiah, in a perilous situation, announced that the virgin would call her son
Emmanuel, which means God with us.
What that means is that the God of life is present in our reality in the person
of his Son. Our situation today is not different from that of the prophet.
Our world today
lives in darkness. Every day sees greater separation between rich and poor, the
poor and the poorer, the rich and the richer, and misery is on the rise. The
arms race and military expenditures increase in a unipolar world. Drug
trafficking and children and women caught in prostitution increase. Moreover,
the situation in our country is difficult. There are shortages of food,
medicines, transport and other resources as well as a crisis of values.
In the face of
this world in “darkness” the “Prince of Peace” is born. That is why, today more
than ever, the message of the angels to the humble shepherds carries full
force: “Glory to God in the highest
heaven, and on earth, peace among those whom he favors!” With simple eyes and
ears, the shepherds understand the Word made flesh. In Jesus, human poverty is
joined to God. Jesus is praise for God and salvation essential to human beings.
Prayer: Lord, let the message of the nativity invite us to
celebrate your coming with joy so that we may be leaders of your preaching and
practice. Lord, abundantly bless this Christmas. Amen.
Translated by John Potter
LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR
MATEO 1:18-25
«La virgen
concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán
Emanuel» (que
«significa Dios con nosotros»)
Mateo 1:23
María y José hicieron un camino de fe con dudas, conflictos y tensiones, Pero confiaron en los
designios de Dios. Al aceptar a Jesús tras el anuncio del ángel a María, los dos aceptan la vida y al
Dios de la vida que les regalaba aquel niño. Aquel fue un acto de fe y de
esperanza, facilitado por el cariño que los dos se tenían. Ya desde el Antiguo
Testamento, setecientos años antes del nacimiento del niño Jesús, el profeta
Isaías en una situación desventajosa, anuncia que la virgen llamará Emmanuel a
su hijo, que significa Dios con nosotros. Lo cual implica que el Dios de la
vida está presente en nuestra realidad en la persona de su Hijo. Nuestro
contexto de hoy no es distinto al del profeta. El mundo contemporáneo vive en
tinieblas. Cada vez crece más la separación entre ricos y pobres, los pobres
son cada vez más pobres y los ricos más ricos, y aumenta la miseria. La carrera armamentista y los
gastos militares aumentan en un mundo unipolar. El tráfico de narcóticos, niños
y mujeres para la prostitución se acrecienta. La situación en nuestro país
también es difícil. Hay escasez de alimentos, medicamentos, transporte y otros
recursos y una crisis de valores. Frente a este mundo en “tinieblas” nace el
“príncipe de paz”. Por eso hoy más que
nunca tiene plena vigencia el mensaje que los ángeles transmitieron a los
humildes pastores, cuando exclamaron: “¡Gloria
a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los
hombres!” Los pastores de ojos y oídos
sencillos, entienden la Palabra hecha carne. En Jesús se une la pobreza humana
a Dios. Jesús es alabanza para Dios y salvación integral a los seres humanos.
Oración: Señor, permite que este mensaje de la natividad nos
invite a celebrar tu advenimiento con alegría para ser protagonistas de tus
prédicas y prácticas. Señor bendice abundantemente estas Navidades. Amén.
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