Thursday, December 29
LIVING IN
COMMUNITY IS KNOWING HOW TO LISTEN
EPHESIANS 5:6-20
Let no one deceive
you with empty words,
for because of
these things the wrath of God comes on those who are disobedient.
Ephesians 5:6
The Church is the community which gathers to its breast all
who believe in Christ. It is necessary to know several things about this life
in community that we should develop for the growth and strengthening of our
faith, one with another. There is a competence that we should develop to the
maximum: relating to those around us who share with us the same faith in Jesus
Christ.
The first obligation one has to another in the community is
listening to him. As Bonhoeffer said, “Whoever can’t listen to his brother now,
soon will be unable to listen to God, for when he stands before God, he will be
able to do nothing but talk.” Knowing how to listen is a gift, an ability which
we are not always prepared to use to the greatest extent. We like to talk, to take
the floor, to be heard, but when the opposite happens we are upset and are put
in a bad mood. And the one who always wants only to talk and to always be heard
runs a great risk: becoming a perfect chatterbox. He is the one who knows everything, who delivers
his opinion about every subject, on any topic, and who believes he is always
right. He is used to listening only to himself and believes only he can draw
guidelines, think or criticize in most situations.
Knowing how to listen is a great virtue; it is a practice of
the wise. Indeed, there are many new things that we should always be learning.
There are matters of great worth that we should come to know through the
ministry of listening. And above all is the opportunity which we give to others
to express themselves, to develop themselves and to help us in our growth.
We are not always right in our ideas or opinions. It’s
necessary to listen to the one at our side, to hear him even if it appears to
us that he is not completely correct, and to try to help him when we are
convinced that he is in error.
Prayer:
Train us, Lord, to listen to others. Amen.
Translated by
John Potter
VIVIR EN COMUNIDAD ES
SABER ESCUCHAR
EFESIOS 5:6-20
Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas
viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
Efesios 5:6
La Iglesia es la comunidad que
reúne en su seno a todos los creyentes en Cristo. Es necesario saber algunas
cosas de esta vida en comunidad que debemos desarrollar en el crecimiento y
fortalecimiento de nuestra fe unos con otros. Hay una capacidad que debemos
desarrollar al máximo: la de nuestras relaciones con quienes nos rodean y
comparten con nosotros la misma fe en Jesucristo. El primer servicio que uno debe al otro dentro de la comunidad
consiste en escucharlo. Como dijera Bonhoeffer: “Aquel que ya no sabe escuchar
a su hermano, pronto será incapaz de escuchar a Dios porque también ante Dios
no hará otra cosa que hablar”. Saber escuchar es un don, una capacidad que no
todos estamos dispuestos a poner al máximo. Nos gusta hablar, tomar la palabra,
ser escuchados; pero hacer lo contrario nos molesta, nos pone de mal humor. Y
aquel que quiere hablar solo, y ser escuchado siempre, corre un gran peligro:
llegar a ser un perfecto parlanchín. Es ese que sabe de todo, el que emite su
opinión sobre cualquier aspecto, en cualquier tema, y cree tener siempre la
razón. Se acostumbra a escucharse a sí mismo, y llega a pensar que solamente él puede trazar pautas,
opinar o criticar en la mayoría de los casos. Saber escuchar es una gran
virtud. Saber escuchar es cosa de sabios. Porque hay muchas cosas nuevas que podemos aprender
siempre. Hay cosas de gran valor que podemos conocer por medio del ministerio
de la escucha. Y sobre todo, es una oportunidad que damos al otro para
expresarse, para desarrollarse y para ayudarnos en nuestro crecimiento. No
siempre tenemos la razón en nuestras ideas u opiniones. Es necesario escuchar
al que está a nuestro lado, oírle aunque nos parezca que no tiene toda la razón
y tratar de ayudarle cuando estemos convencidos de que está equivocado.
Oración: Capacitamos Señor, para escuchar a los demás. Amén.
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