Tuesday, December 6, 2016

Tuesday, December 6 Celebration of the Dependent Church in Manguito (San José de los Ramos) IN EXACTLY THE RIGHT PLACE JOHN 13:7

Tuesday, December 6
Celebration of the Dependent Church in Manguito (San José de los Ramos)

IN EXACTLY THE RIGHT PLACE
JOHN 13:7

God has arranged the parts in the body, every one of them, just as he wanted them to be.
1 Corinthians 12:18


Surely most of us have seen how a factory works. Each cog of each machine almost always has its own essential and unique function. From the smallest screw to the largest piece of machinery, each one has to be in its precise place; otherwise, the entire mechanism stops working.

Who conducts all these appliances? A technician who knows how to manage each one of them, of course.

There’s an essential difference between you and a machine:  you are a living being and not an inanimate piece of equipment.  And God is not a despotic master, but a good and tender Father and a firm and sweet mother at the same time. Let us therefore lift our eyes toward God, who knows why we find ourselves in a certain place and who knows our usefulness.

Put your trust in the Lord; allow yourself to be driven by Him; remain faithful and be calm, because He is our wise guide. His wisdom is such that He sent us his Son Jesus to show us the way of Salvation.

Prayer: Lord, you are the only one who knows my purpose, the why and wherefore behind my placement in this world. Help me to carry out my service in the best possible way in order to please you.  Grant that this advent allow me to be conscious of your presence in the birth of a little child who leads our steps every day! Amen.

Translated by Elisa Menocal





Celebración de la ID de Manguito (San José de los Ramos)

EN EL LUGAR EXACTO
JUAN 13:7

Dios ha colocado los miembros...en el cuerpo, como él quiso
1 Corintios 12:18

Sin duda casi todos hemos visto cómo funciona una fábrica.  Cada engranaje de cada máquina tiene su motivo casi siempre esencial y único. Desde el más pequeño tornillo hasta la más grande máquina deben estar en el preciso lugar; de lo contrario, todo el mecanismo deja de funcionar.
¿Quién conduce estos aparatos? Por supuesto, un técnico que conoce el manejo de cada una de ellas.
Hay una diferencia esencial entre usted y la máquina: usted es un miembro viviente y no un engranaje inanimado. Y Dios no es un amo despótico, sino un Padre bueno y tierno o una madre firme y dulce al mismo tiempo.
Elevemos pues las miradas hacia Dios, quien sabe por qué nos hallamos en ese puesto y para qué servimos.
Ponga en el Señor su confianza, déjese conducir por Él, permanezca fiel y esté tranquilo, pues es nuestro guía sabio. Tal es su sabiduría que nos envió a su Hijo, Jesús, para mostrarnos el camino de la Salvación

Oración: Señor, tú eres el único que conoce  mi propósito, por qué y para qué fui colocado en este mundo. Ayúdame a desempeñarme lo mejor posible para agradarte. ¡Qué este adviento me permita ser consciente de tu presencia naciendo en un pequeño niño que conduce nuestros pasos cada día! Amén.




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