Sunday, January 27, 2019

Sunday, January 27 THE RIVER OF GOD 1 JOHN 4:16


Sunday, January 27
THE RIVER OF GOD
1 JOHN 4:16

Let the one who is thirsty come,
and let the one who wishes take the free gift of the water of life.

Revelation 22:17 (NIV)

One morning I was walking along a river in a field that I had visited since my childhood. Seeing the water flow and listening to its pleasant sound, I realized that the river had always flowed for time immemorial. Then I remembered Psalm 65.9: The streams of God are filled with water...
Brothers and sisters, God’s grace is like this. It irrigates our lives constantly with its inexhaustible love. The river of God never tries up, because he will never stop loving us!

A river’s level rises and falls according to the absence or abundance of rain, but God always remains faithful, his love never changes. Therefore, whoever we are, regardless of our past, whether we are full or thirsty, we can drink God’s river, growing in his love and letting ourselves be transformed by its water.
Let us remember what Jesus told the Samaritan woman, that whoever drinks of the river of God will never thirst again. If our lives are not to dry up, we must drink from the river of God.

Prayer: Thank you, loving God, for your eternal river that never runs dry. Help us to be aware of our thirst for you. Quench our thirst with your living water, and may we always share that living water with others. Amen.


Translation by George Meek


EL RÍO DE  DIOS
1RA DE JUAN  4:16

Y el que tiene sed, venga; y el que quiera,
toma del agua de la vida gratuitamente
Apocalipsis 22:17

Una mañana paseaba al borde de un río situado en un campo que visitaba desde mi infancia. Viendo sus aguas correr y escuchando su agradable sonido, me di cuenta de que ese río nunca había dejado de fluir, ni de día ni de noche, desde tiempos inmemorables. Entonces recordé el pasaje del Salmo 65.9: El río de Dios, lleno de aguas...

Hermanos y hermanas, así es la gracia  de Dios. Ella riega incansablemente nuestras vidas con su inagotable amor. ¡El río de Dios nunca se seca, pues Él jamás dejará de amarnos!

El nivel del agua de un río aumenta o disminuye según la ausencia o abundancia de lluvias, pero Dios siempre permanecerá fiel, su amor nunca cambia. Por lo tanto, seamos quienes seamos, independientemente de nuestro pasado, estemos cargados o sedientos, podemos beber del río de Dios, es decir, creer en su amor y dejarnos transformar por sus aguas.

Recordemos que Jesús nos dice, como a la samaritana, que quien beba de su agua no tendrá sed jamás. Para que nuestras vidas no se sequen, tenemos que beber del agua del río de Dios.

Oración: Gracias Dios amoroso, por tu río eterno que nunca se seca. Ayúdanos a ser conscientes de nuestra sed de ti. Permite que calmemos nuestra sed con tu agua vivificadora y que de nuestros interiores broten siempre ríos de agua viva. Amén.


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