Tuesday, January 29
HAVING VISION
NUMBERs 22:
21-34
The angel of the Lord asked him: “Why
have you beaten your donkey these three tunes?
I have come here to oppose you because
your path is a reckless one before me.”
Numbers 22:32 (NIV)
This passage from the Exodus is
instructive in many senses. Today I want to explore its teachings about our
care for animals.
Balaam’s violent reaction of beating his
donkey sparked God’s anger. The donkey had better vision than its owner,
because it recognized the angel of the Lord on the path. On more than one
occasion in the city where I live, which has a number of horse carts, I have
seen Balaam beating his animal. The looks of the horses who suffer the beatings
seem to say, “And what did I do to you,” like the donkey in this story. The
same thing happens in our whole country with caged wild birds, uncared-for pets,
and mistreated hunting dogs… In the today’s passage God favors the donkey and
disapproves of the owner. Today God is inviting us to reconsider our
relationship with the animals around us, because we may be making the same
mistake as Balaam.
Our sensitivity as human beings is
empowered by the Gospel and this new world view includes all created beings. We
should recognize that often the animals around us have a more harmonious
relation to creation than we do. The invitation is like the one that Balaam got
at the end of this story, to recognize our errors and change our behavior,
particularly with respect to animals.
Prayer: Good God, protect the animals around us from all
violence. May we open our hearts to them to protect them whenever needed. Amen.
Translation by
George Meek
Tener visión
Números 22: 21-34
Entonces el ángel del
Señor le dijo: “¿Por qué azotaste a tu asna tres veces? Como puedes ver, yo he
salido dispuesto a
no dejarte seguir, porque
tu camino me parece perverso”
Números 22:32
Este pasaje del Éxodo es
ejemplar en muchos sentidos. En esta ocasión quisiera explorar las enseñanzas
que nos deja a propósito del cuidado que debemos tener con los animales.
La reacción violenta de
Balaam de azotar a su asna, desencadenó la ira de Dios. El asna tuvo mejor
visión que su dueño, pues descubrió al ángel del Señor en el camino. En más de
una ocasión en la ciudad donde vivo, que se caracteriza por la gran cantidad de
coches de caballos, encuentro a Balaam azotando a su bestia. Las miradas de los
caballos violentados por los fuertes golpes son como si dijeran “¿y yo qué te
he hecho?” como el asno de esta historia. Lo mismo ocurre en todo nuestro país
con aves silvestres enjauladas, mascotas descuidadas, animales de tiro
maltratados… En el pasaje leído Dios favorece al asna y desaprueba al dueño.
Hoy también Dios nos invita a revisar cómo establecemos nuestra relación con
los animales que nos rodean, pues también pudiéramos estar transitando un
camino errado como Balaam.
Nuestra sensibilidad como
seres humanos se potencia a través del Evangelio, y esta nueva mirada al mundo
incluye a todos los seres creados. Reconozcamos que en muchas ocasiones los
animales que nos rodean tienen una relación más armónica con la creación que
nosotros mismos. La invitación es que, como Balaam al final de este relato,
podamos reconocer nuestros errores y rectificar nuestro camino, en particular
en lo que respecta al cuidado de los animales.
Oración: Dios bueno, guarda a
los animales que nos rodean de toda violencia. Permite que abramos nuestros
corazones también para ellos, para protegerlos según necesiten. Amén.
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