Sunday, April 14, 2019

Sunday, April 14 Palm Sunday, beginning of Holy Week WHAT TRIUMPH? MATTHEW 21:1-11


Sunday, April 14
Palm Sunday, beginning of Holy Week

WHAT TRIUMPH?
MATTHEW 21:1-11

Who, being in very nature God,
did not consider equality with God something
to be used to his own advantage; rather, he made himself nothing
by taking the very nature of a servant, being made in human likeness.

Philippians 2:6-7

When Palm Sunday arrives, the expression Jesus’ triumphal entrance in Jerusalem is still heard. Perhaps the very text that relates what happened the first day of that tragic week contributes to the perception some may have: many people began to extend their hands on the way; others cut branches from trees and placed them like a rug on the ground. The people shouted: Blessed be you who come in the name of the Lord!

It’s certain that all that boisterous reception will end in a disappointing finale. So then, what triumph are we speaking of? The king who comes today, mounted on a burro, doesn’t give thanks for superficial applause and the hypocrisies of the fanatical crowds. We are before the triumph of humility, of modesty, and of gentleness, not of power; he wants us to receive him in another way, by giving over our hearts and convictions. He wants us to recognize him as the Son of God.

Let’s open the door of our hearts to a King who strips himself of the insignia of prestige and dominion and becomes obedient to a work that will lead him to the most infamous death: death on the cross.

Prayer:  All powerful God, allow me today to be able to surrender to Jesus Christ a repentant heart, and my firm conviction that He is truly your beloved Son. Allow me to participate in his glorious resurrection. Amen.   

Translated by John Walter


Domingo de Ramos/ Comienza la Semana Santa

¿QUÉ TRIUNFO?
MATEO 21:1-11

Aunque Cristo siempre fue igual a Dios, no insistió en esa igualdad… renunció a esa igualdad, y se hizo igual a nosotros,
haciéndose esclavo de todos
Filipenses 2:6-7

Cuando llega el Domingo de Ramos, todavía se nos escapa la expresión: entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Quizá el propio texto que relata lo que sucedió el primer día de aquella trágica semana contribuye a que algunos tengan esa percepción: muchas personas empezaron a extender sus mantos en el camino…, otros cortaron ramas de árboles y también las pusieron como alfombra en el suelo, la gente gritaba: ¡Bendito tú, que vienes en el nombre de Dios!
Cierto es que todo aquel recibimiento bullicioso, concluirá en un final decepcionante. Luego entonces, ¿de qué triunfo hablamos?

Estamos ante el triunfo de la humildad, de la modestia, de la mansedumbre, no del poder. El rey que viene hoy montado en un burro no agradece los aplausos superficiales e hipócritas de las multitudes fanáticas, sino quiere que le recibamos de otro modo: entregándole nuestro corazón y nuestras convicciones. Quiere que lo reconozcamos como Hijo de Dios. Abramos las puertas de nuestro corazón a un Rey que se despoja de las insignias del prestigio y del dominio, y se hace “obediente” a un proyecto que lo conducirá a la muerte más infamante: la muerte de cruz.

Oración: Dios todopoderoso, concédeme que yo pueda entregarle hoy a Jesucristo un corazón arrepentido y mi firme convicción de que Él es verdaderamente tu Hijo amado. Ayúdame a participar de su resurrección gloriosa. Amén. 

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