SATURDAY, FEBRUARY 24th
REPAYING THE BAD, WITH THE GOOD
Matthew 5: 43-48
But I tell you, love your enemies and pray for those who persecute you…
Matthew 5:44 (NIV)
If love of neighbor is the principle of charity, then loving one’s enemies is its sublime application, because this virtue is one of the greatest victories obtained against selfishness and pride.
But we cannot be mistaken as to the sense in which Jesus expressed the word “love.” Jesus did not intend for us to have the same tenderness for an enemy as for a brother or a friend. Tenderness presupposes trust, and we cannot trust a person when we know that he or she wishes us ill.
Neither can we have for them expressions of friendship because we know that they would be capable of abusing that attitude. Between people who distrust each other there can be no impulse of sympathy as the kind that exists between those whose thoughts are in accord.
To love one’s enemies is to feel for them neither hatred nor resentment, nor desire for revenge. It means forgiving them for their ulterior motives and unconditionally the evil they do to us, not putting obstacles in the way of reconciliation. It means to wish them good instead of evil, to rejoice rather than grieve over the good that befalls them; to extend to them a charitable hand in case of need; to abstain both in words and actions from everything that could harm them; in short, to repay the bad with good, without the intention of humiliating them.
Prayer: God, forgive the bad they have done to me and that which they have wished to do to me, just as I wish you to forgive me and the faults I have committed. May your mercy extend over everyone and lead them to better feelings towards me. Amen.
Translation by Susan Metcalf Smith
FEBRERO 24, SABADO
RETRIBUIR EL MAL CON EL BIEN
Mateo 5: 43-48
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen...
Mateo 5:44
Si el amor al prójimo es el principio de la caridad, amar a los enemigos es su aplicación sublime, porque esa virtud es una de las más grandes victorias obtenidas contra el egoÃsmo y el orgullo.
Pero no podemos equivocarnos en cuanto al sentido en el que Jesús expresó la palabra “amar”. Jesús no pretendió que tengamos con el enemigo la misma ternura que por un hermano o amigo. La ternura presupone confianza, y no podemos confiar en una persona cuando sabemos que nos quiere mal.
Tampoco podemos tener para con ella las expresiones de la amistad, porque sabemos que serÃa capaz de abusar de esa actitud. Entre personas que desconfÃan recÃprocamente no pueden existir los impulsos de simpatÃa que hay entre quienes mantienen una comunicación de pensamientos.
Amar a los enemigos es no sentir por ellos ni odio ni rencor, ni deseos de venganza. Perdonarles sus segundas intenciones e incondicionalmente el mal que nos hacen, no poner obstáculos para la reconciliación. Desearles el bien en lugar del mal, alegrarse en vez de afligirse con el bien que les suceda; tenderles una mano caritativa en caso de necesidad; abstenerse tanto en palabras como en acciones de todo lo que pudiera perjudicarles: en definitiva, retribuirles el mal con el bien, sin intención de humillarlos.
Oración: Dios, perdona el mal que me han hecho y el que han querido hacerme, asà como deseo que tú me perdones y que también por las faltas que haya cometido. Que tu bondad se extienda sobre todos y los conduzca hacia mejores sentimientos respecto a mÃ. Amén.
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