Saturday, August 30, 2014
LET US OPEN OUR HEARTS
ACTS 19:1-6
“When Paul placed his hands on them, the
Holy Spirit came on them, and they spoke in tongues and prophesied.”
Acts 19:6
There is a famous painting titled “The Light of the World” that
shows Christ in a garden at midnight knocking on a gate with one hand, while
holding a lamp in the other. The first
time that the painting was exhibited, an art critic said to the painter: “Maestro, your painting is unfinished. The gate doesn’t have a lock.” The painter replied: “That is the gate to the
human heart, which can only be opened from within.”
When the Apostle Paul returned to Ephesus, he encountered a group
of very poorly instructed disciples at the church and when he asked them if
they had received the Holy Spirit after their conversion, visibly astounded
they replied: “We haven’t even heard that there is a Holy Spirit”. He immediately
guided them to a better understanding.
He baptized them in the name of the Lord and the Spirit of God came upon
them.
Today, as then, we encounter people who call themselves Christians,
but who have not felt the life-giving warmth of Christ in their lives. So they
remain in darkness, because the gates to their hearts remain closed, waiting
perhaps to hear the firm knock of the Teacher, who, once inside, will be able
to guide them through the luminous pathways that lead to God.
Prayer: Allow us,
Lord, to open our hearts in order to be guided by your Holy Spirit. Amen.
ABRAMOS NUESTROS CORAZONES
HECHOS 19:1-6
“Y habiéndole impuesto Pablo las
manos,
vino sobre ellos el Espíritu
Santo”
Hechos 19:6
Existe un cuadro muy
famoso titulado “La luz del mundo” que representa a Cristo en un jardín a media noche tocando con su mano
una puerta, mientras en la otra sostiene una lámpara. La primera vez que el
cuadro fue presentado en una exposición
un crítico de arte le dijo a su autor: “Maestro, tu cuadro está sin terminar.
La puerta no tiene cerradura” El pintor contestó: “Es la puerta del corazón
humano, que sólo puede abrirse desde adentro”
Cuando el Apóstol Pablo regresó a Éfeso se
encontró en la iglesia con un grupo de discípulos muy mal instruidos y cuando
les preguntó si habían recibido el Espíritu Santo después de su conversión,
visiblemente asombrados contestaron: “Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu
Santo”. Inmediatamente los guía a un mayor conocimiento. Los bautiza en el
nombre del Señor y viene sobre ellos el Espíritu de Dios. Tanto ayer como hay
nos encontramos con personas que dicen ser cristianas, pero no han sentido el calor vivificante de
Cristo en sus vidas. Así, permanecen en tinieblas, porque las puertas de sus
corazones siguen cerradas, esperando tal vez oír el toque firme del Maestro,
quien una vez dentro, podrá guiarlas por los senderos luminosos que conducen a
Dios.
Oración: Permítenos Señor, abrir
nuestros corazones para ser guiados por tu Santo Espíritu. Amén.
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