Friday, August 29, 2014

Friday, August 29, 2014 WHAT COMES LATER



Friday, August 29, 2014

WHAT COMES LATER

ROMANS 1:16-17

The righteous will live by faith.”

Romans 1:17

As human beings, we are free to choose our pathway, but we are not free to determine the results of our actions.  A few years ago I met a young woman who tried to commit suicide.  The doctors miraculously saved her life.  A few years later she came to know Christ.  She was aware of her sin: trying to take a life that did not belong to her. I have never doubted her repentance, but no one has been able to erase the marks that her own erroneous decision left upon her body.

 

In the parable of the prodigal son, the greatest hardship for the son who went to live far away was not hunger or the lack of necessities that he endured, but rather that in his exile he felt distant from himself, distant from others, distant from his father.  The consequential “what comes later” is something that cannot be avoided. One has to face that sad reality, the product of one’s own sin. 

 

Let us think about our present condition.  The decision to depart from God’s pathways has been in our hands. It is also we who experience within our own skins the direct consequence of that separation.  The Father remains at home; the invitation is at hand.

 

Prayer: Lord, we ask you today for a daily encounter with you. Amen.

 

 

LO QUE VIENE DESPUÉS

ROMANOS 1:16-17

Mas el justo por fe vivirá”

Romanos 1:17

Los seres humanos somos libres para elegir nuestro camino, pero no lo somos para determinar los resultados de nuestras acciones. Hace algunos años conocí a una joven que atentó contra su vida. Milagrosamente los médicos le salvaron la vida. Con los años conoció a Cristo. Supo de su pecado: atentar contra una vida que no le pertenecía. Nunca he dudado de su arrepentimiento, pero nadie ha podido borrar las marcas que sobre su cuerpo dejó su errónea decisión.

En la parábola del hijo prodigo, lo más duro para aquel que se fue a vivir lejos, no fue el hambre y las necesidades que pasó, sino que en su retirada se sintió lejos  de sí mismo, lejos de los demás, lejos de su padre. La consecuencia “lo que viene después” es algo que no se puede evitar. Tiene que enfrentarse a esa realidad triste,  producto de su propio pecado. Pensemos hoy en qué condiciones estamos. En nuestras manos ha estado la decisión de apartarnos de los caminos de Dios. También  somos nosotros los que experimentamos en nuestra propia carne la consecuencia directa de esa separación. El Padre sigue en el hogar, la invitación está en pie.

 

Oración: Señor, hoy pedimos un encuentro diario contigo. Amén.

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