Saturday, September 26
MY HIGH REFUGE
Psalm 143
“My Lord is
my rock, my fortress, and my deliverer,
my God, my
rock in whom I take refuge.”
Psalm 18:2
This psalm was written at the time when David
found himself pursued, fleeing from cave to cave, rock to rock, and he
expresses his trust in God as his sole refuge. During those moments he couldn’t
count on practically any human help, because even his faithful friends like Jonathan
couldn’t do much for him, not being able to facilitate his escape. The
situation was extremely difficult and dangerous.
This psalm expresses the trust the psalmist had,
the memory of the help received in the past; since one of the things that helps
us live is the experience received from God during the journey that we’re
already engaged in, and knowing through it that he doesn’t abandon us at the
most critical hour: “When I evoke bygone days…and I think about all that you
have done, I raise my hands towards you.”
David doesn’t pretend that his desperate
situation lacks importance, but he isn’t totally absorbed by it; he knows that
the same God – and through his “good name” - would not allow the injustice he
was suffering to be committed.
Prayer: Lord, I trust in you, make me know the way
where I am going. Amen
Translated by John Walter
MI ALTO REFUGIO
Salmo 143
“Mi Señor y Dios… tú eres mi fuerza y mi escudo,
mi poderosa salvación, mi alto refugio”
Salmo 18:2
Este
salmo fue escrito en tiempos en que David se encontraba perseguido, huyendo de
cueva en cueva y de roca en roca, y expresa su confianza en Dios como único refugio
para él. En aquellos momentos no podía contar prácticamente con ninguna ayuda
humana, porque aun sus fieles amigos, como Jonatán, poco podían hacer por él,
de no ser, facilitarle la huida. De manera que la situación era extremadamente
difícil y peligrosa.
Este
salmo expresa la confianza que el salmista tenía: el recuerdo de la ayuda
recibida en el pasado, pues una de las cosas que nos ayudan a vivir es la
experiencia recibida de Dios durante el camino que ya llevamos andando, y
saber, por ella, que él no nos abandona en los momentos más críticos: “cuando evoco los días de antaño… y pienso en
todo lo que has hecho, elevo mis manos hacia ti”.
David no pretende que su desesperante situación carezca de importancia,
pero no está totalmente absorbido por ella. Sabe que el mismo Dios y por su
"buen nombre" no permitiría que se cometiera la injusticia que estaba
sufriendo.
Oración: Señor, en ti confío, hazme saber el camino por donde ande. Amén.
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