Friday, October 9
GOD IS
NEAR
Psalm 102
“The Lord
is close to the brokenhearted
And saves
those who are crushed in spirit.”
Psalm 34:18
Reading this psalm is startling. The human being
is pouring out his soul before God in the midst of tremendous suffering and
pleading for a response. The images
spill over, each one more expressive, as if wanting to exhaust every means of
describing an indescribable evil.
It is the affliction of humanity that visualizes
the evils of his people: those which
without a doubt affect him personally, whose horizon seems to be in complete
darkness and apparently closed, without the slightest bit of light to promise
the vision of a new dawn.
And yet, the complaint flows into a sort of
vision of what God has promised and of what He is doing. The psalmist recalls that among the memorable
works of the eternal God, there is the restoration of Zion, and it is then that
he can make out the glory of God, which will also be seen by the people, who
will sing praises to him.
In our day and age there are also persons and peoples
who dwell in the dark night of the soul, who like the psalmist say: “When I call, answer me quickly.” And
the Lord responds, He always responds.
We are not alone in the midst of our difficulties, of our personal or
communal struggles.
God is not a distant God. He looks upon the earth, hears our cries of
pain and frees those who are suffering and who are feeling hopeless.
Prayer: Thank you,
Lord, for always being there, very close to me.
DIOS ESTA CERCA
Salmo 102
“Cercano está el Señor para salvar
a los que tienen roto el corazón y el espíritu.”
Salmo 34:18
La
lectura de este salmo sobrecoge. Ahí está el ser humano derramando su alma
delante de Dios, en medio de un tremendo sufrimiento y urgiendo la respuesta.
Las imágenes cabalgan, a cuál de ellas más expresiva que las otras, como
queriendo agotar todos los medios de describir un mal indescriptible
Es
la aflicción del ser humano que visualiza los males de su pueblo, los que sin
lugar a dudas lo afectan personalmente, cuyo horizonte aparece en una completa
oscuridad y aparentemente cerrado, sin poder vislumbrar un ápice de luz que prometa la visión de una nueva
aurora.
Sin
embargo, la queja desemboca en una especie de visión de lo que Dios ha
prometido y de lo que está haciendo. El salmista recuerda que entre las obras
memorables del Dios eterno, está la restauración futura de Sión, y es entonces
que puede vislumbrar la gloria de Dios, la que se dejará ver también en los
pueblos, quienes le cantaran y le alabaran.
En
nuestros días hay también personas y pueblos que viven en la noche oscura del
alma, que al igual que el salmista dicen: “Apresúrate Señor a responderme”.
Y el Señor responde, Él responde siempre. No estamos solos en medio de nuestras
dificultades, de nuestras luchas personales o comunitarias.
Dios
no es un Dios lejano. Él mira a la tierra, escucha los lamentos y libera a los
que sufren y se sienten sin esperanza.
Oración: Gracias
Señor, porque estás ahí, muy cerca de mí.
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