Friday, October 9, 2015

Friday, October 9 GOD IS NEAR Psalm 102

Friday, October 9
GOD IS NEAR
Psalm 102

“The Lord is close to the brokenhearted
And saves those who are crushed in spirit.”

Psalm 34:18

Reading this psalm is startling. The human being is pouring out his soul before God in the midst of tremendous suffering and pleading for a response.  The images spill over, each one more expressive, as if wanting to exhaust every means of describing an indescribable evil.

It is the affliction of humanity that visualizes the evils of his people:  those which without a doubt affect him personally, whose horizon seems to be in complete darkness and apparently closed, without the slightest bit of light to promise the vision of a new dawn.


And yet, the complaint flows into a sort of vision of what God has promised and of what He is doing.  The psalmist recalls that among the memorable works of the eternal God, there is the restoration of Zion, and it is then that he can make out the glory of God, which will also be seen by the people, who will sing praises to him.

In our day and age there are also persons and peoples who dwell in the dark night of the soul, who like the psalmist say: “When I call, answer me quickly.” And the Lord responds, He always responds.  We are not alone in the midst of our difficulties, of our personal or communal struggles.

God is not a distant God.  He looks upon the earth, hears our cries of pain and frees those who are suffering and who are feeling hopeless.

Prayer: Thank you, Lord, for always being there, very close to me.


DIOS ESTA CERCA
Salmo 102

“Cercano está el Señor para salvar
a los que tienen roto el corazón y el espíritu.”

Salmo 34:18

La lectura de este salmo sobrecoge. Ahí está el ser humano derramando su alma delante de Dios, en medio de un tremendo sufrimiento y urgiendo la respuesta. Las imágenes cabalgan, a cuál de ellas más expresiva que las otras, como queriendo agotar todos los medios de describir un mal indescriptible

Es la aflicción del ser humano que visualiza los males de su pueblo, los que sin lugar a dudas lo afectan personalmente, cuyo horizonte aparece en una completa oscuridad y aparentemente cerrado, sin poder vislumbrar un ápice  de luz que prometa la visión de una nueva aurora.

Sin embargo, la queja desemboca en una especie de visión de lo que Dios ha prometido y de lo que está haciendo. El salmista recuerda que entre las obras memorables del Dios eterno, está la restauración futura de Sión, y es entonces que puede vislumbrar la gloria de Dios, la que se dejará ver también en los pueblos, quienes le cantaran y le alabaran.

En nuestros días hay también personas y pueblos que viven en la noche oscura del alma, que al igual que el salmista dicen: “Apresúrate Señor a responderme”. Y el Señor responde, Él responde siempre. No estamos solos en medio de nuestras dificultades, de nuestras luchas personales o comunitarias.

Dios no es un Dios lejano. Él mira a la tierra, escucha los lamentos y libera a los que sufren y se sienten sin esperanza.


Oración: Gracias Señor, porque estás ahí, muy cerca de mí.

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