SATURDAY,
October 3
THE DIVINE COMMAND
Acts 17:30-31
“Produce fruit in keeping with repentance.”
Matthew 3:8
During the Second World War, one Sunday, at the
end of lunch, in a small French city that had not been bombed up to that time,
a father heard the sirens and said to his children at the table: “Children, the
sirens have gone off, let’s go down to the garden.”
A few minutes later the house was bombed and
nothing was left of it. Everyone had immediately
obeyed the father’s command and all were thus able to save themselves in the
shelter of their garden.
In the same way, God, who loves us, commands us
to repent. Repentance indicates a change
of mind, idea or thought, which leads to a change of life or attitude.
Many times a human being refuses to change his
life, especially if the change implies that one has to give up something that
one loves. In order to change we have to
acknowledge that we are wrong and that we need to change our mindset, and at
times our pride will not allow us to do so.
In order to repent, we must first acknowledge
that we are sinners. We are all sinners, which is why we all need to repent.
Repentance is a visit from God, a calling from
God, a sign that God loves us. We need God’s strength in order to discover all
that is within us that is not of God. And don’t forget that when a sinner
repents, there is joyfulness in heaven.
Prayer: Lord, I depend on your help in order to walk
the pathway of sincere repentance.
LA ORDEN DIVINA
Hechos 17:30-31
“Produzcan frutos dignos de
arrepentimiento”
Mateo 3:8
Durante
la Segunda Guerra Mundial, un domingo, al final del almuerzo, en una pequeña
ciudad francesa que hasta ese momento no había sido bombardeada, un padre de
familia oyó la sirena de alerta y dijo a sus hijos que estaban en la mesa:
—“Hijos, sonó la sirena, bajemos al jardín”
Algunos
minutos después la casa fue bombardeada y no quedó nada de ella. Todos habían
obedecido inmediatamente la orden del padre y así pudieron salvarse gracias al
refugio que tenían en el jardín.
Del
mismo modo, Dios, quien nos ama, nos manda a que nos arrepintamos.
Arrepentimiento denota cambio de mente, idea o pensamiento, que lleva a un
cambio de vida o actitud.
Muchas
veces el ser humano rehúsa cambiar su vida, especialmente si el cambio implica
que tiene que dejar algo que le gusta. Para cambiar es necesario reconocer que
estamos equivocados y que necesitamos cambiar nuestra mente, y a veces el
orgullo no nos deja.
Arrepentirse,
es primeramente reconocer que somos pecadores. Todos somos pecadores, por lo
tanto todos debemos arrepentirnos.
El
arrepentimiento es una visita de Dios, una llamada de Dios, una señal de que
Dios nos quiere. Necesitamos la fuerza de Dios para descubrir todo lo que hay
en nosotros que no es de Dios. Y no olvides que cuando un pecador se arrepiente
hay gozo en el cielo.
Oración: Señor, cuento con tu ayuda para hacer un camino de
arrepentimiento sincero.
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