April 30, Saturday
BEHIND THE DOOR
TITUS 3:4-5
“For the grace of God
that brings salvation has appeared to all men.”
Titus 2:11
The prayer group that
meets at our house each week was discussing Rosa, a sister who had recently
begun to attend our meetings. At first she was very quiet, but after a while she
shared the following story with us. She told us that her husband, Roberto, was
always angry. And his rage would only increase:
the sweeter she became with him, the more abusive he became with her. He had
even forbidden her to go to the prayer meeting, threatening her with leaving
the house. She knew that he was serious
and that if he suspected that she had disobeyed him, he would surely fulfill
his promise. Nevertheless, it was so
important for her to be a part of the prayer group that she did not shrink back
from coming, trusting that God had a certain plan within this very difficult
situation. And that is what happened.
One afternoon, she
told us, he followed her, but before going inside, he decided to listen behind
the door. These were the words he heard:
“We pray, Lord, for our sister Rosa.
We know that she has problems at home.
We pray that you will show her your great love.” Rosa realized that this was what she needed: prayer
for her, and with great fervor! She then
secretly left and returned home. When
Rosa arrived she found herself with a very different Roberto. He too had accepted the Lord as his Savior.
Prayer: Thank you, our God,
for the small setbacks that you use in order to make things happen for our
good. Amen.
DETRÁS
DE LA PUERTA
TITO
3:4-5
“Porque
la gracia de Dios se ha manifestado
para
salvación a todos los hombres”
Tito
2:11
En la
célula de oración que se reúne en nuestra casa todas las semanas se nos
presentó el caso de Rosa, una hermana que hacía
poco se había unido a nuestras reuniones. Al principio era muy callada,
pero después de un tiempo compartió con nosotros esta historia de cuando
comenzó a compartir con nosotros. Nos contaba que Roberto, su esposo, siempre estaba bravo. Y
su furia se incrementaba cuando ella, mientras más mal la trataba él, más dulce
era. Hasta le había prohibido ir a la célula, amenazándola con irse de la casa.
Ella sabía que él no hablaba por gusto, si
sospechaba que ella lo había desobedecido, seguro cumplía su promesa.
Aun así, era tan necesario para ella compartir en la célula, que no se
acobardó, confiando en que Dios tenía algún plan con esta situación tan
incómoda. Y así fue.
Una
tarde-cuenta ella– él la siguió, pero antes de entrar, se dispuso a escuchar
detrás de la puerta. Estas fueron las palabras que escuchó: “Te pedimos Señor,
por nuestra hermana Rosa. Sabemos que tiene problemas en su casa. Te pedimos
que le muestres tu gran amor”
¡Esto
era lo que Rosa veía como una necesidad! Orar por ella, y con gran fervor.
Entonces
salió sigilosamente y regresó a su casa. Cuando
Rosa llegó se encontró con un Roberto bien distinto. Él también había
aceptado al Señor como su Salvador.
Oración:
Gracias Dios nuestro, por los pequeños contratiempos que tú usas para hacer
las cosas para nuestro bien. Amén.