May 14, Saturday
AN EXAMPLE WORTHY OF IMITATING
PROVERBS 16:31
“Grey hair is the crown of splendor;
it is attained in the way of righteousness.”
Proverbs 16:31
I
confess that one of the letters that’s made me reflect a good deal is that
which Ho Chi Min wrote to the elderly Vietnamese in 1945:
“Gentlemen, I am writing to you now as an
old man myself. The proverb says that when old age comes, talent runs out. This
is, at times, what the elderly of our country think. If there is a job to be
done, we hear them saying: ‘When one arrives at old age one needs to be
peaceful. With every day that passes the years weigh upon us. Ambition is a
thing of the past. We leave life’s problems to the youth. We already have one
foot in the grave. Why work?’
I don’t share that opinion. The true
patriots have never been seen to resign themselves to inaction because of age.
Every one of us, young or old, should shoulder a bit of the burden. The youth
will carry the heaviest part; we, whom age has impeded from doing as much, will
go at the head of the column, baton in hand, to encourage them and transmit
experience. Our age imposes the obligation of being the first in uniting
sincerely with the aim of setting an example…”
I think it’s a challenge for us, the
elderly, who have had more years in the tasks of the Presbyterian Church in our
country, to channel our footsteps, to be an example to the generations of youth
we are training. We should all unite, regardless of our age, with the immense
desire to serve, love, build, and be useful. Age is unimportant; there will
always be a place for each of us. Having grey hair obligates us to serve our
church in Cuba more forcefully.
Prayer: Lord, help us to understand that age is
irrelevant if one tries to work together for your church, doing our best. Amen.
Translated
by John Walter
UN EJEMPLO DIGNO DE IMITAR
PROVERBIOS 16:31
“Corona de honra es la vejez”
Proverbios 16:31
Les confieso que una de las cartas
que me ha hecho reflexionar
bastante es la dirigida por Ho Chi Min a los ancianos vietnamitas en el año
1945:
“Señores, es en calidad de anciano que me dirijo a ustedes. Cuando la vejez
llega, reza el proverbio, el talento se agota. Esto es lo que a menudo piensan
los ancianos de nuestro país. Si un trabajo
se les presenta, se les escucha decir: “Cuando se llega a viejo hay que
estar tranquilo. Cada día que pasa los años pesan sobre nosotros. La ambición no es de nuestra
edad. Dejemos a los jóvenes los problemas de la vida. Nosotros ya tenemos un
pie en la tumba. ¿Para qué trabajar?” No comparto esa opinión. Nunca se ha
visto a los verdaderos patriotas resignarse a inacción a causa de la edad. Cada
uno de nosotros, joven o viejo, debe tomar una parte de la carga para llevar
sobre los hombros. Los jóvenes llevarán la más pesada; nosotros, a quienes la
edad nos impide hacer tanto, marcharemos a la cabeza, batuta en mano, para
exhortarles y transmitirles experiencia. Nuestra edad nos impone la obligación de ser los primeros en unirnos
sinceramente, con el fin de dar ejemplo…” Pienso que es un reto para los que
llevamos más años en las tareas de la
Iglesia Presbiteriana de nuestro país: encaminar nuestros pasos a ser ejemplo
ante las generaciones de jóvenes que estamos formando. Todos debemos unirnos
sin edad, con unos deseos inmensos de servir, de amar, de edificar, de ser
útiles. No importa la edad, siempre habrá un lugar para cada uno de nosotros.
El tener canas nos obliga a servir con más fuerzas a nuestra Iglesia en Cuba.
Oración: Señor, ayúdanos a entender que no importa
la edad si se trata de trabajar juntos y juntas por tu Iglesia, haciendo
nuestra mejor tarea. Amén.
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