Saturday, May 14, 2016

May 14, Saturday AN EXAMPLE WORTHY OF IMITATING PROVERBS 16:31

May 14, Saturday
AN EXAMPLE WORTHY OF IMITATING
PROVERBS 16:31
“Grey hair is the crown of splendor;
it is attained in the way of righteousness.”
Proverbs 16:31

I confess that one of the letters that’s made me reflect a good deal is that which Ho Chi Min wrote to the elderly Vietnamese in 1945:

“Gentlemen, I am writing to you now as an old man myself. The proverb says that when old age comes, talent runs out. This is, at times, what the elderly of our country think. If there is a job to be done, we hear them saying: ‘When one arrives at old age one needs to be peaceful. With every day that passes the years weigh upon us. Ambition is a thing of the past. We leave life’s problems to the youth. We already have one foot in the grave. Why work?’

I don’t share that opinion. The true patriots have never been seen to resign themselves to inaction because of age. Every one of us, young or old, should shoulder a bit of the burden. The youth will carry the heaviest part; we, whom age has impeded from doing as much, will go at the head of the column, baton in hand, to encourage them and transmit experience. Our age imposes the obligation of being the first in uniting sincerely with the aim of setting an example…”

     I think it’s a challenge for us, the elderly, who have had more years in the tasks of the Presbyterian Church in our country, to channel our footsteps, to be an example to the generations of youth we are training. We should all unite, regardless of our age, with the immense desire to serve, love, build, and be useful. Age is unimportant; there will always be a place for each of us. Having grey hair obligates us to serve our church in Cuba more forcefully. 

Prayer:  Lord, help us to understand that age is irrelevant if one tries to work together for your church, doing our best. Amen.

Translated by John Walter




UN EJEMPLO DIGNO DE IMITAR
PROVERBIOS 16:31
“Corona de honra es la vejez”
Proverbios 16:31

Les confieso que una de las cartas  que me  ha hecho reflexionar bastante es la dirigida por Ho Chi Min a los ancianos vietnamitas en el año 1945:
“Señores, es en calidad de anciano que me dirijo a ustedes. Cuando la vejez llega, reza el proverbio, el talento se agota. Esto es lo que a menudo piensan los ancianos de nuestro país. Si un trabajo  se les presenta, se les escucha decir: “Cuando se llega a viejo hay que estar tranquilo. Cada día que pasa los años pesan  sobre nosotros. La ambición no es de nuestra edad. Dejemos a los jóvenes los problemas de la vida. Nosotros ya tenemos un pie en la tumba. ¿Para qué trabajar?” No comparto esa opinión. Nunca se ha visto a los verdaderos patriotas resignarse a inacción a causa de la edad. Cada uno de nosotros, joven o viejo, debe tomar una parte de la carga para llevar sobre los hombros. Los jóvenes llevarán la más pesada; nosotros, a quienes la edad nos impide hacer tanto, marcharemos a la cabeza, batuta en mano, para exhortarles y transmitirles experiencia. Nuestra edad nos impone  la obligación de ser los primeros en unirnos sinceramente, con el fin de dar ejemplo…” Pienso que es un reto para los que llevamos más años en  las tareas de la Iglesia Presbiteriana de nuestro país: encaminar nuestros pasos a ser ejemplo ante las generaciones de jóvenes que estamos formando. Todos debemos unirnos sin edad, con unos deseos inmensos de servir, de amar, de edificar, de ser útiles. No importa la edad, siempre habrá un lugar para cada uno de nosotros. El tener canas nos obliga a servir con más fuerzas a nuestra Iglesia en Cuba.

Oración: Señor, ayúdanos a entender que no importa la edad si se trata de trabajar juntos y juntas por tu Iglesia, haciendo nuestra mejor tarea. Amén.




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