May 5, Thursday
Anniversary of the IPR “Getsemaní”
(San José de los Ramos)
THE SCHOOL OF GOD
COLOSSIANS 1:1-7
“I will instruct you
and teach you in the way you should go;
I will counsel you
with my loving eye on you.”
Psalm 32:8
The believer enters the School of God the moment
after he accepts Jesus as his Savior, and remains there until the end of his
education, that is, until the end of his terrestrial life. In that school the
professor is Jesus Christ himself. He is the Teacher of all men and women. He
adapts to the rhythm of each one. A relationship of trust develops between the
student and the teacher, which becomes the motivation for progress.
The school’s textbook is the Bible. Through
it we discover what God thinks of human beings, what is his interest in them, what
he has done and what he wants to do for them. It’s necessary to read it. There
are practical exercises as well, that is, all the daily situations in which we
put into practice what we have learned. God doesn’t so much want minds stuffed
with doctrines, rather lives that put into practice what they’ve learned.
At
times there are concrete exams that mark the Christian’s progress. The Lord
wants us to go through them with Him so that afterwards we are stronger. At the
end, in heaven, the awarding of prizes will take place. No one will be
forgotten. The best prize winners won’t be those who know everything, rather
those who have utilized the capacities God gave them to walk in a worthy way
with the Lord.
Prayer: Loving Teacher, accompany us in this school,
let us achieve the best grades, those worthy of you. Amen.
Translated by
John Walter
Aniversario IPR “Getsemaní”
(San José de los Ramos)
LA ESCUELA DE
DIOS
COLOSENSES 1:1-7
“Te enseñaré
el camino en que debes andar;
sobre ti
fijaré mis ojos”
Salmo 32:8
El creyente entra en la escuela
de Dios a partir del momento en que acepta a Jesús como su Salvador, y se queda
en ella hasta el fin de su escolaridad; es decir, hasta el fin de su vida aquí
en la tierra. En esta escuela el profesor es Jesucristo mismo. Él es el Maestro
de todos y todas. Él se adapta al ritmo de cada uno. Entre el alumno y el
profesor se desarrolla una relación de confianza, que es la motivación para
progresar.
El manual escolar es la Biblia.
A través de ella descubrimos qué piensa Dios de los seres humanos, cuál es su interés por ellos, qué hizo y qué quiere hacer aun por ellos. Es necesario
leerla. También hay ejercicios prácticos, es decir, todas las situaciones
diarias en las cuales ponemos en práctica lo que aprendimos. Dios no sólo
quiere mentes llenas de doctrinas, sino vidas que pongan en práctica lo que
aprendieron.
A veces hay exámenes, pruebas
concretas que revelan los progresos del
cristiano. El Señor quiere que las atravesemos con Él, para hacernos salir de ellas
más fuertes. Al final, en el cielo, tendrá lugar la entrega de premios. Nadie
será olvidado. Los mejor premiados no serán los que sepan todo, sino los que
hayan utilizado las capacidades que Dios les dio para caminar de una manera digna en el Señor.
Oración: Maestro
amoroso, acompáñanos en esta escuela, permítenos sacar las mejores notas, las
que son dignas de ti. Amén.
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