Wednesday, May 18, 2016

May 18, Wednesday JESUS, OUR SUBSTITUTE I PETER 1:18-19

May 18, Wednesday
JESUS, OUR SUBSTITUTE
I PETER 1:18-19

No man can redeem the life of another or give to God a ransom for him--”
Psalm 49:7

In France, a law was established in 1798 that made all twenty-year-old young men present themselves before the commission for military recruitment. Later a lottery system was designed for the formation of those who would be called to serve the nation.  But in order to free themselves from military service, the wealthiest could pay for a substitute.  In exchange for a sum of money, the latter had to serve in the place of the one who paid him.  In times of war it was rather common for a soldier to die while replacing another. In 1872 the substitution of soldiers was abolished. As of that moment one could no longer buy a substitute and thereby free himself of the risk of dying in the war.

By taking this reflection to a theological plane, we can say that Jesus Christ was our substitute.  He gave himself up in our place in order to suffer the judgment that should come down over us.  The great difference is that he did not ask us for anything in return.  Out of love for each one of us he died on a cross in order to save us.

Today’s invitation is to no longer delay.  It is time to go to Him right now.  Let us accept the abundant life that Jesus offers us.


Prayer: Today I wish to present myself before you, my good Jesus; I do not want to wait any longer.  Accept me with everything I have and am, with my limitations and strengths, but with the immense desire to renew myself every day. Amen.


JESÚS NUESTRO SUSTITUTO
I PEDRO 1:18-19

Ninguno de ellos podrá en  manera alguna,
redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate”
Salmo 49:7

En Francia, una ley promulgada en 1798 había establecido que  todos los jóvenes  de veinte años debían presentarse ante la comisión de reclutamiento militar. Luego se hacía un sorteo para designar a los que formarían parte del contingente, es decir,  el conjunto de aquellos que serían llamados para servir a la nación. Pero para librarse del servicio militar, los más ricos  podían comprar un sustituto. A cambio de una suma de dinero, este último  tenía que servir en lugar del que le pagaba. En  tiempos de  guerra era pues común, que un militar muriese en lugar de aquel a quien reemplazaba. En 1872 la sustitución de soldados fue abolida. A partir de ese momento nadie pudo comprar más un sustituto y de ese modo librarse del riesgo a morir en la guerra.
Llevando esta reflexión al plano teológico, podemos decir que Jesucristo fue nuestro sustituto. Se presentó en nuestro lugar para sufrir el juicio que debía caer  sobre nosotros. La gran diferencia fue que no nos pidió nada a cambio. Por amor a cada uno de nosotros murió en una cruz para salvarnos.
La invitación de hoy es a no dejar pasar más el tiempo. Es preciso ir a Él ahora mismo. Aceptemos la vida plena que Jesús nos ofrece.

Oración: Hoy quiero presentarme anti ti, mi buen Jesús, no quiero esperar más. Acéptame con todo lo que tengo y lo que soy, con mis limitaciones y fortalezas, pero con el deseo inmenso de renovarme cada día. Amén.


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