Friday, October 21
THE PROBLEM IS ON THE INSIDE
JOHN 4: 1-15
but those who drink
of the water that I will give them will never be thirsty.
The water that I
will give will become in them a spring of water
gushing up to
eternal life.
John 4:14
The improvement of standards of living that can be seen in
the world is far from corresponding to a greater welfare in terms of the mind
and the behavior of individuals. Stressed, disoriented and depressed people are
becoming more numerous. Our modern society, believing that poverty had been
conquered in certain countries, thought that thus it had the key to happiness.
It believed humanity, freed thanks to material and medical progress, would
finally cross the boundary of happiness.
What foolishness! In fact, the primary cause of our problems
is inside of us. It is a matter of this disorder of our hearts which causes
humans to feel unsatisfied and consequently unable to be happy. The handicapped
heart has an interior thirst that cannot be quenched by itself or by material well-being. It has no idea of the sense of its life or the
significance of the world around it; everything seems superficial.
That
awareness can come only from the One who is at the origin of all, that is to
say God himself. For such awareness, we need to read the Bible and believe in
God’s Word. That is the only spring that can slake our spiritual thirst. Jesus
said, If any thirst, let them come to me
and drink.
Let’s go to that spring; let’s read God’s Word! There we
will find not only the answer to our deepest spiritual needs, but we will also learn
to know the One who is the foundation of Christian hope. He will give meaning
to our lives and will enable us to share this living water with our thirsty
world.
Prayer: Beloved God, let us quench our thirst from your spring. Help
us to amend our errors in drinking from the water that flows from you. Amen.
Translation by
John Potter
EL PROBLEMA ESTÁ EN EL INTERIOR
JUAN 4: 1-15
Pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás,
sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua
que salte para vida eterna
Juan 4:14
El mejoramiento del nivel de
vida, como se puede constatar en el mundo, está lejos de corresponder a un mayor bienestar en cuanto a la mente y
al comportamiento de los individuos. Cada vez son más numerosas las personas
estresadas, desorientadas y deprimidas. Nuestra sociedad moderna, creyendo
haber dominado la pobreza en ciertos países, pensaba que ya tenía la clave de
la felicidad. Creía que la humanidad, liberada gracias a los progresos
materiales y médicos, al fin iba a pasar la frontera de la felicidad. ¡Grave
error! De hecho, la primera causa de los problemas está en el interior. Se
trata de ese desorden del corazón que hace que el ser humano esté insatisfecho
y como consecuencia, que sea incapaz de ser feliz. Tiene una sed interior que
no puede calmar ni mediante sí mismo ni mediante el bienestar material. Ignora
el sentido de su vida y el significado del mundo que le rodea; todo parece
superficial. Ese conocimiento solo puede venir de Aquel que está en el origen
de todo, es decir de Dios mismo. Por eso es necesario leer la Biblia y creer en
la Palabra de Dios. Esa es la única fuente que puede apagar nuestra sed
espiritual. Jesús dijo: Si alguno tiene
sed, venga a mí y beba. ¡Vayamos a esa fuente: leamos la Palabra de Dios!
En ella no solo hallaremos respuesta a nuestras necesidades espirituales más
profundas, sino que aprenderemos a conocer a Aquel que es el fundamento de la
esperanza cristiana. Él dará un sentido a nuestra vida, y nos permitirá
compartir esa agua viva con nuestro mundo sediento.
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