Wednesday, October 12
Anniversary of the
IPR in Meneses
FRESH FRUITS
ROMANS 5:1-11
For just as through
the disobedience of one man the many were made sinners, so also through the
obedience of one man the many will be made righteous.
Romans 5:19
Many people think
that they’ll never be able to change their lives, and they justify their errors
with the idea of tuning out the voice of their consciences. Are they right? Today,
perhaps, you may wake up with the taste of defeat on your lips and gazing at
yourself in the mirror, render a verdict: “This is who I am; what can I do?”
From the moment of
birth into this world, we carry the inclination toward evil within us. The life
of human beings is a tireless struggle against our sinful nature. I think that no
one with a healthy conscience wants to do evil; no one wants to stumble and
fall at each instance. Today’s text presents a contrast between God and man:
sin is on one side, and on the other is Christ, who conquered sin and brought redemption
or healing.
On beginning a new
day in your story, remember that we all have a sinful nature that delights in
living apart from Christ, and prefers to live apart from God’s will. The Lord
Jesus, with the smooth handkerchief of his justice, cleanses us with kindness,
giving us the opportunity of a new life, and calls us just when we feel
ourselves unworthy for any reason. At moments of greater anguish and
discouragement, when the hammer-blow of guilt unceasingly strikes us, remember
that the Lord died for you and for me.
Prayer: We pray, Father,
for those who today are at the threshold of situations, who think there’s no
solution, that they don’t have the right to begin again. Make them see that in
you one can always begin a new life. Amen.
Translated by John Walter
Aniversario
de la IPR de Meneses
FRUTOS
LIMPIOS
ROMANOS
5:1-11
Porque
así como la desobediencia de un hombre
los muchos
fueron
constituidos pecadores, así también por la obediencia
de
uno los muchos serán constituidos justos
Romanos
5:19
Mucha
gente piensa que jamás podrá cambiar de vida, y justifica sus errores con la
idea de apagar la voz de la conciencia. ¿Tienen ellos la razón? Hoy tal vez te
levantes con el sabor de la derrota en tus labios. Y, mirándote al espejo, te
sentencias: “Soy así ¿Qué puedo hacer?” Desde que venimos al mundo traemos la
inclinación hacia el mal. La vida del ser humano es una incansable lucha en
contra de la naturaleza pecaminosa. Creo que nadie en sana conciencia desea
hacer el mal. A nadie le gusta tropezar y caer a cada rato. El texto de hoy
presenta un contraste entre Dios y el hombre, por un lado el pecado, por el
otro Cristo venció el pecado y trajo solución o cura.
Al
comenzar un nuevo día de tu historia, recuerda que todos tenemos una naturaleza
pecaminosa que se deleita en vivir lejos de Cristo y que prefiere vivir ajena a
la voluntad de Dios.
El
Señor Jesús, con el suave pañuelo de su justicia, nos limpia con cariño, nos da
la oportunidad de una nueva vida y nos llama justos cuando por algún motivo te
sientas indigno. En los momentos de
mayor angustia y desánimo, cuando el martilleo de la culpa nos golpee sin
cesar, recuerda que el Señor murió por ti y por mí.
Oración: Te
pedimos Padre, por los que hoy están en situaciones límites y piensan que no
tienen solución, que no tienen derecho a volver a comenzar. Hazles ver que en
ti siempre se puede volver a comenzar una vida nueva. Amén.
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