Monday, May 8
THE BEST AND MOST PRECIOUS
ROMANS 8:32
He who did not
withhold his own Son,
but gave him up for all of us,
will he not with him also give us everything else?
Romans 8:32
I have a very
willful nephew who kept insisting on buying a motorcycle. His father, a
mechanic, bought one, and when he gave it to him, the boy was not pleased --
because it wasn't the kind he wanted. The father gave him all sorts of reasons
to no avail, even though the father was the one who had the most mechanical
knowledge. The story ends, as always, when the father gave in to his wishes and
bought him the motorcycle that his son wanted.
This story
reminds me of the times in which instead of asking God, we lay out our plan,
the list of what we want. And God, in his infinite wisdom, gives us what we
need, which in the end is better for us. But we almost never understand his
response and continue to build our relationship with him based on our demands
and wants.
Today, I invite
you to rethink our attitude when we pray. May we be able not only to talk with
Him, but to listen to Him. And moreover, may we be able to accept his will with
the firm conviction that after all, in the end it is the best for us. Only He
knows.
Prayer: Thank you, Lord, that you are present in our lives and are
with us in both good and bad times. Amen.
Translation by John Potter
EL MEJOR Y MAS
VALIOSO
ROMANOS 8:32
El que no
escatimó ni a su propio Hijo,
sino que lo
entregó por todos nosotros,
¿Cómo no nos
dará también
con Él todas las
cosas?
Romanos 8:32
Tengo un sobrino bastante voluntarioso que insistió
mucho para que le compraran una moto. Su
papá, que es mecánico, le compró una, y cuando se la entregó, el muchacho quedó
poco complacido, pues esa no era del tipo de la que él quería. De poco
sirvieron las razones que el buen padre le dio, que al final era quien más
sabía de mecánica. Mi sobrino quería otro modelo, que pensaba él que era mejor,
aunque no lo era. Esta historia terminó como siempre, cuando su papá accedió a su deseo y cambió la moto por la
que quería su hijo.
Esta historia me hace recordar las veces en las que
vez de pedirle a Dios, le ponemos un plan, una lista de lo que queremos. Y Dios
en su infinita sabiduría, nos da lo que necesitamos, que es en fin lo mejor
para nosotros. Pero casi nunca entendemos su respuesta y seguimos construyendo
nuestra relación con Dios sobre la base de demandas y exigencias.
Hoy les invito a repensar en nuestra actitud cuando
oramos. Que seamos capaces no sólo de hablar con Él, sino de escucharlo a Él. Y
por supuesto, de aceptar su voluntad con la firme convicción de que al fin y el
cabo, es lo mejor para nosotros. Sólo Él lo sabe.
Oración: Gracias Señor, porque tú estás presente en nuestras
vidas y nos acompañas en los buenos y en los malos tiempos. Amén.
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