Sunday, May 14
Mother’s Day
MY
FaMILY AND i
GENESIS 27:30-40
Believe in the Lord
Jesus,
and you will be saved –
you and your household/
Acts 16:31
We constantly hear about
serious family problems, families in which the mother and daughter don’t speak
to each other, where two siblings are fighting to the death, where someone robs
or abuses another family member. The specialists offer different reasons: lack
of material resources, multigenerational cohabitation, the speed with which
life confronts us, and the freedom of being different as human beings. The
situations can be as dissimilar as the causes that provoke this sad situation
that is not uniquely ours.
Christians are not
exempt from these problems. The Bible speaks of families with difficult
situations. An example is the family of Isaac and Rebecca, the parents of the
twins Jacob and Esau. Each parent had a favorite son. Rebecca helped her
favorite to obtain the most sought after blessing of the firstborn, and he
obtained it but was never seen again. By tradition, the father preferred and
admired the son who would be his successor, without paying attention to the
conditions of each son or the Lord’s prophecy, and as a result was tricked by
his second son and could not fulfill his desires with respect to the first.
Today, rereading this
passage in our context, we can ask ourselves: Where am I placing my family’s
interests first, and where am I preferring my own interests? What is God’s
place for me as guide and protector of my family? A perfect family doesn’t
exist. Every day is a new challenge in family coexistence, but each day is also
an opportunity to smooth over differences, to be tolerant and helpful, and
above all the opportunity of putting our family in God’s hands.
Prayer: Lord, you know our family problems; we put them
in your hands. Help us and illuminate us with your grace so that we may be able
to live within our families with this peace that only you can give to us. Amen.
Translation by John Walter
Día de las madres
Mi familia y yo
GENESIS
27:30-40
Cree
en el Señor Jesús, y obtendrás la salvación tú y tu familia
Hechos
16:31
Constantemente
nos enteramos de problemas familiares serios,
familias donde la madre y la hija no se
hablan, donde dos hermanos están peleados a muerte, donde alguien roba o
abusa de otro familiar, los especialistas dan diversas razones: la escasez
material, la convivencia de varias generaciones, la rapidez de la vida, la libertad de ser diferentes como
seres humanos, disímiles pueden ser las situaciones como disímiles las causas que provocan esta triste situación que
no es nuestra únicamente.
Los
cristianos no estamos exentos de estos problemas, en la Biblia se nos habla de
familias con situaciones difíciles, un
ejemplo es la familia de Isaac y Rebeca, padres de los gemelos Jacob y Esaú,
cada hijo era el preferido de uno de los
padres: la madre ayudó a su preferido a conseguir lo más deseado, la bendición
del primogénito, y lo consiguió pero
nunca más lo volvió a ver; el padre que por tradición prefería y admiraba al
que sería su sucesor sin mirar las condiciones de cada hijo ni lo profetizado
por el Señor, fue engañado por su segundo hijo y no pudo cumplir su deseo
respecto al primero.
Hoy,
en nuestro contexto releyendo este pasaje podemos preguntarnos, ¿en que lugar
estoy poniendo los intereses de mi familia y en que lugar los míos como
individuo?, ¿en qué lugar estoy poniendo a Dios como guía y protector de mi
familia? No existe la familia perfecta; cada día es un nuevo reto en la
convivencia familiar, pero también es
una oportunidad de limar asperezas, de tolerar, de ayudar y sobretodo de
poner nuestra familia en las manos de
Dios.
Oración:
Señor, tú conoces nuestros problemas familiares, los ponemos en tus manos,
ayúdanos e ilumínanos con tu Gracia para que podamos vivir en familia con esa
paz que solo tu puedes darnos. Amén.
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