Wednesday, May 10
KEEP PUSHING
EZRA 4:1-5
This house was finished . . . in the sixth year of the reign
of King Darius.
Ezra 6:15
I wonder how many
people have abandoned an objective because they grew weary and discouraged.
They abandoned everything, not realizing that success was at hand if only they
were to continue to push.
The story goes
that a good man lived in the countryside and had physical problems. One day
Jesus appeared and told him, “I need you to go to that big rock in the
mountains and push against it for a year.” Although the man was puzzled, he
obeyed. He took himself to the mountain and began to push on the great rock
with all his might for three days, but he couldn’t make it move a millimeter.
A little while
later, someone approached and said to him, “Why do you keep obeying Jesus? I
wouldn’t follow someone who made me do such hard and senseless work. You ought
to go away, for it’s stupid to keep pushing against that rock; you’re never
going to move it.”
The man tried to
ask Jesus to help him not to doubt his wish, and although he did not
understand, he stood fast in his decision to push. For months, every day until
the sun hid itself below the horizon, the man continued to push against the
enormous rock without being able to move it. Meanwhile his body was
strengthened, his arms and legs became strong with the effort of all those
days.
When he had
fulfilled the time, the man lifted a prayer to Jesus and said, “There, I’ve
done what you asked me to, but I failed; I couldn’t move the stone a
centimeter.” Then he sat down and cried bitterly, thinking about his obvious
failure. Just then, Jesus appeared and said, “Why are you crying? Did I not ask
you to push against the rock? I never told you it would move; instead, look at
yourself. Your physical problem has disappeared. You haven’t failed; you have
fulfilled my goal, and you went according to my plan.” Often, like this man, we
see adversities and situations in life as illogical, and we begin to seek our
own logic, according to God’s will.
Zerubbabel and
his workers faced innumerable delays and discouragements. It would have been
much easier to quit, but they knew that God had commanded the construction of
the Temple. They trusted God. When we think that the road ahead becomes too
difficult, we must not stop. Continue with determination. God will always
provide us with the courage we lack. Today is a call to “push” no matter how
many doubtful thoughts the enemy puts in our minds. Put everything in Jesus’
hands, and He, through his will, will never waste time, but will make us
stronger instead.
Prayer: God, give us perseverance in the completion of work in your
service. Amen.
Translation by John Potter
SIGUE LUCHANDO
ESDRAS 4:1-5
Esta casa fue terminada...el sexto año del
reinado del rey Darío
Esdras
6:15
Me
pregunto cuántas personas no han llegado a alcanzar un objetivo debido a que se
cansaron y desalentaron. Abandonaron todo, sin darse cuenta de que el éxito
estaba a su alcance si tan solo hubieran seguido luchando.
Cuentan
que un buen hombre vivía en el campo y tenía problemas físicos. Un día se le
apareció Jesús y le dijo: "Necesito que vayas hacia aquella gran roca de
la montaña, y te pido que la empujes día y noche durante 1 año". El hombre
quedó perplejo, pero obedeció. Se dirigió a la montaña y empezó a empujarla la
enorme roca con todas sus fuerzas, día tras día, pero no conseguía moverla ni
un milímetro. Al poco tiempo alguien se acercó y le dijo: "¿Por qué sigues obedeciendo a Jesús? Yo
no seguiría a alguien que me haga
trabajar tanto y sin sentido. Debes alejarte, ya que es estúpido que sigas
empujando esa roca, nunca la vas a mover". El hombre trataba de pedirle a
Jesús que le ayudara para no dudar de su voluntad, y aunque no entendía se
mantuvo en pie con su decisión de empujar. Con los meses, desde que se ponía el
sol hasta que se ocultaba aquel hombre empujaba la enorme roca sin poder
moverla, mientras tanto su cuerpo se fortalecía, sus brazos y piernas se
hicieron fuertes por el esfuerzo de todos los días. Cuando se cumplió el tiempo
el hombre elevó una oración a Jesús y le dijo: "Ya he hecho lo que me
pediste, pero he fracasado, no pude mover la piedra ni un centímetro". Y
se sentó a llorar amargamente pensando en su evidente fracaso. Jesús apareció en ese momento y le dijo:
"¿Por qué lloras? ¿Acaso no te pedí que empujaras la roca? Yo nunca te
pedí que la movieras, en cambio mírate,
tu problema físico ha desaparecido. No has fracasado, yo he conseguido
mi meta, y tú fuiste parte de mi plan". Muchas veces al igual que este
hombre, vemos como ilógicas las situaciones y adversidades de la vida, y
empezamos a buscarle nuestra lógica, a la voluntad de Dios.
Zorobabel
y sus obreros afrontaron innumerables retrasos y desalientos. Hubiese sido más
fácil abandonar. Pero ellos sabían que Dios había ordenado la construcción del
templo, y ello les dio confianza. Cuando creamos que el camino se hace difícil,
no desistamos. Sigamos con empeño. Dios estará siempre dándonos el aliento que
nos falta. El día de hoy es un llamado a "empujar" sin importar qué
tantos pensamientos de duda ponga el enemigo en nuestras mentes, pongamos todo
en las manos de Jesús, y Él por medio de su voluntad nunca nos hará perder el
tiempo, mas bien, nos hará más fuertes.
Oración:
Oh Dios, danos constancia en el cumplimiento del
trabajo a tu servicio. Amén.
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