Sunday, December 17, 2017

Sunday, December 17 PARENTS AND CHILDREN Genesis 45:1-28

Sunday, December 17
PARENTS AND CHILDREN
GENESIS 45:1-28

Joseph said to his brothers, “I’m Joseph!
Is my father still really alive?”

Genesis 45:3 (CEB)


When Joseph was reunited with his brothers, his first question was: Is my father still really alive? Although he had been separated from his father by his brothers, Joseph was still concerned about his life and his health. When children mature and arrive to the age of adulthood, they find new ways to honor their parents. Joseph provided his father with a house and food. In our times we also can express our concern and care for our parents by meeting their physical needs whether or not they live with us. At times there are family conflicts over the way the elderly are cared for—our parents and grandparents. These conflicts can be resolved with frank communication expressing care with responsibility for our parents whether living close by or far away. For example, if there are multiple brothers and sisters, the one who is in the best financial condition can help them economically and the one who lives with them, or the closest to them, can offer to keep them company more often, being ready to help with food and medication.

In short, sons and daughters honor their parents with that to which they have dedicated their lives. The happiest parents are those whose children have not chosen an irresponsible path. The happiest parents are those who are honored by their children who have chosen a selfless lifestyle and have dedicated their lives to God and to the good of humanity.  These are the most honored parents. 

Prayer: In this time of Advent, help us, Lord, to understand the importance of cultivating family love. I ask you Lord, to be with my parents who are getting older. Help me to accept that I should change my role in their lives. Amen.

Translation by Deborah McEachran



PADRES E HIJOS
GENESIS 45:1-28

Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aun mi padre?

Génesis 45:3


Cuando José se encontró nuevamente con sus hermanos, su primera pregunta fue: ¿Vive aun mi padre? Aunque había sido separado de su padre por sus hermanos, José estaba aún preocupado por su vida y su salud. Cuando los hijos maduran y llegan a la edad adulta, encuentran nuevas maneras de honrar a sus padres. José le proveyó vivienda y alimento a su padre. En nuestros tiempos nosotros también podemos expresar preocupación y cuidado por ellos al atender sus necesidades físicas vivan o no con nosotros.  En ocasiones hay conflictos familiares por la forma en que son atendidos los ancianos: los padres, los abuelos. Y es que estos conflictos pueden solucionarse con una comunicación franca y expresando con responsabilidad el cariño a nuestros padres viviendo cerca o lejos de ellos. Por ejemplo, si son varios hermanos, el que se encuentre en mejor condición financiera pueda ayudarlos económicamente y el que viva con ellos o más cerca de ellos, puede ofrecerles compañía con más frecuencia, vivir pendiente de sus necesidades alimentarias o de sus medicamentos.
A fin de cuenta, los hijos honran a sus padres con aquello a lo que dedican sus vidas. Los padres más felices son aquellos cuyos hijos no han elegido un camino de irresponsabilidad. Los padres más felices son aquellos que reciben la honra de hijos que han elegido un estilo de vida abnegado y han dedicado su vida a Dios y al bien de la humanidad. Esos son los padres más honrados.

Oración: En este tiempo de adviento, ayúdanos Señor, a comprender la importancia de cultivar el amor por la familia. Te pido Señor, por mis padres que están envejeciendo. Ayúdame a aceptar que debo cambiar mi rol en sus vidas. Amén.


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