Tuesday, December 26, 2017

Tuesday, December 26 HANNAH: ANGUISH AND SELFLESSNESS 1 Samuel 1:1-28

Tuesday, December 26
HANNAH: ANGUISH AND SELFLESSNESS
1 SAMUEL 1:1-28

... [if you] will give her a son, then I
will give him to the Lord for all the days of his life… (NIV)

1 Samuel 1:11

Maternity is a wonderful gift to women from the Creator. Every woman is instinctively a mother. But can we mothers honestly answer these questions: Why do we have children? Is it simply to have somebody to support us in our old age, or is there something greater than that?

In Hannah we find that higher purpose. Her inability to bear a son caused her deep anguish, because the Bible said that her womb was closed. But her purpose was not self-serving. She asked God for a son, not for her own security and protection, but to do the Lord’s work.

God rewarded Hannah’s higher purpose and gave her a son called Samuel, who, having been presented to the Lord and wisely instructed under his direction, became an extraordinary leader of the Hebrew nation.

As Christian mothers we must set aside all selfishness and give our children the best education in the truth of the Gospel, begging God to make them men and women who are useful to mankind.

Prayer: Lord, in these days when we celebrate your birth, help us to be selfless and caring in the education of our sons and daughters. Amen.


 Translation by George Meek

ANA: ANGUSTIA Y DESINTERÉS
1 SAMUEL 1:1-28

...sino que dieres a tu sierva un hijo varón,
yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida…

1 Samuel 1:11

La maternidad es un don maravilloso otorgado por el Creador a la mujer. Toda mujer es intuitivamente madre. Pero pudiéramos las madres contestar honestamente estas preguntas: ¿Cuál es nuestro propósito al tener hijos? ¿Es simplemente tener a alguien que pueda ayudarnos en nuestra vejez, o hay algo de más valor que esto?

En Ana encontramos ese propósito más alto. Su deseo de tener un hijo era en ella motivo de profunda angustia, ya que según cuenta el relato bíblico, su matriz se había cerrado. Sin embargo, su propósito no era egoísta. Ella pidió a Dios un hijo, no para su seguridad y protección, sino para beneficio de la obra del Señor.
Dios premió este desinterés de Ana y le concedió un hijo varón al que llamó Samuel, el cual habiendo sido presentado al Señor e instruido sabiamente bajo la dirección de Él, se torna en un líder extraordinario de la nación hebrea.

Como madres cristianas tenemos que despojarnos de todo egoísmo y empeñarnos en proporcionar a nuestros hijos la mejor educación en las verdades del Evangelio, pidiendo a Dios haga de ellos hombres y mujeres útiles a la humanidad.


Oración: Señor, en estos días en los que celebramos tu nacimiento, ayúdanos a ser desinteresados y cuidadosos en la educación de nuestros hijos e hijas. Amén. 

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