Wednesday, November 11, 2020

 

Wednesday, November 11

Christian Missionary Day

ACTIONS BEFORE GOD

Matthew  25: 31-46

The King will reply, “Truly I tell you, whatever you did

 for one of the least of these brothers and sisters of mine, you did for me.” (NIV)  

Matthew 25:40

            The last wish of Alfred Nobel, the inventor of dynamite, was to award a prize each year to people whose research or discoveries bring the greatest benefit to humanity. He felt guilty about his responsibility as the inventor of something that was also used for the war.

            The experience of living in this year 2020 has been hard for all countries. The victims were, and are, more numerous, where contempt, carelessness and money prevailed. Where it was a priority to save human beings, to meet their basic needs without any qualms, fewer people were infected. Many decided to help, regardless of differences. Others tried to hinder the aid.

            Human beings have not yet understood that only by helping everyone, protecting everyone, will humanity be saved. For this reason, perhaps, the highest prize is not the Nobel, but being at the right hand of God and receiving the kingdom prepared for the righteous since the creation of the world.

 

Prayer: Dear God! Forgive misunderstandings and allow compassion to abound for the benefit of others. Amen.

 

 

Translation by John Walter

 

Noviembre 11,  miércoles

Día del Misionero Cristiano

LAS NACIONES FRENTE A DIOS

MATEO  25: 31-46

El Rey les responderá: Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aún por el más pequeño, lo hicieron por mí.

Mateo 25:40

            La última voluntad de Alfred Nobel, inventor de la dinamita, fue otorgar cada añño un premio a personas cuyas investigaciones o descubrimientos lleven mayor beneficio a la humanidad. Se sentía culpable por su responsabilidad como inventor de algo que tambiéén fue empleado para la guerra.

            La experiencia de vivir en este año 2020 ha sido duro para todos los países.  Allí donde el menosprecio, la desidia y el dinero prevalecieron, las víctimas fueron y son más numerosas. Allí donde se puso en primer lugar salvar al ser humano, atender a sus necesidades básicas sin reparo alguno, menos personas se contagiaron. Muchos decidieron ayudar, sin  importar diferencias; otros, trataron de entorpecer la ayuda.

            Los seres humanos no hemos comprendido aún que sólo ayudando a todos, protegiendo a todos, será salvada la humanidad. Por eso, tal vez el premio mayor no sea el Nobel, sino el estar a la derecha de Dios y recibir el reino preparado para los justos desde la creación del mundo.

 

Oración: ¡Dios amado! Perdona las incomprensiones y permite que abunde la compasióón para beneficio de los demás. Amén.

 

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