Friday, April 21, 2023

April 21

MEDITATING ALONE WITH THE MOST HIGH

Matthew 11:28-30

Come to me, all you who are weary and burdened, and I will give you rest.

Mathew 11:28 (NIV)

How rare is the habit of meditation in our culture! How many days of our life do we invest in reflection and in the enjoyment of quiet moments? Does our conscience really achieve a state of calming fullness with healthy regularity, or are we always on the alert, exhausted by so many anxieties and goals? I have the impression that we supplant one worry with another as barks are superimposed on the trunks of trees, surrounding the previous ones and accumulating them without having completely erased them.

After living unsatisfactory experiences, we sometimes feel an exhaustion that lies in the very weight of the course of events that should serve us to say: “That’s enough. I am going to take a break and turn my gaze towards the essential, even if I have to remember with the great French writer that: “the essential is invisible to the eye”. This is why the Gospel calls us to lighten or ease our load, to cast our anxiety on the Lord, who cares for us, and thus prepare ourselves for a life of quietness, waiting for God when necessary.

 

Prayer: Thank you, Father, for the security of knowing that we always have safe rest in you. In the name of Christ Jesus, amen.

 

Translation by Pat Metcalf

 

Abril 21

MEDITANDO A SOLAS CON EL Altísimo

Mateo 11:28-30

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Mateo 11:28

¡Qué poco común es en nuestra cultura el hábito de la meditación! ¿Cuántos días de nuestra vida invertiríamos en la reflexión y en el disfrute de los momentos de sosiego? ¿Es que realmente nuestra conciencia logra un estado de plenitud tranquilizadora con sana regularidad, o estamos siempre alertas, exhaustos por tantas ansias y metas? Tengo la impresión de que suplantamos una preocupación con otra como se superponen las cortezas en los troncos de los árboles, rodeando las anteriores y acumulándolas sin haberlas borrado del todo.

Después de vivir experiencias no tan satisfactorias, sentimos en ocasiones un agotamiento que yace en el mismo peso del curso de los acontecimientos que debe servirnos para decir: “es suficiente. Voy a hacer un alto en el camino y volver la mirada hacia lo esencial, aunque tenga que recordar con el gran escritor francés que: lo esencial es invisible a los ojos”. Por eso el evangelio nos llama a aligerar o a desvanecer la carga, se nos exhorta a echar nuestra ansiedad sobre el Señor, que cuida de nosotros, y prepararnos así para una vida en quietud, a la espera de Dios cuando sea necesario.

 

Oración: Gracias Padre, por la seguridad de saber que siempre tenemos reposo seguro en ti. En el nombre de Cristo Jesús, amén.

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