Wednesday, May 7
A NECESSARY BALANCE
HEBREWS 12:1-11
“…because the Lord disciplines those he
loves, and he punishes everyone he accepts as a son.”
Hebrews 12:6
At one time or another, everyone has had to assume the
responsibility of educating someone. It may have been within the familiar role
of father, mother, grandparent, aunt or uncle…or also as teacher, tutor, and
guide. Even in an informal role, through our own conduct or affections, we are
educating and influencing those around us. One of the constant challenges we
all have is maintaining the necessary balance between discipline and love. An
education based only on strict rules to follow will never establish a genuine
experience or knowledge. On the other hand, confusing love with mere
permissiveness could cancel out an effective education.
Thus, God himself gives us a life proposal,
through Jesus Christ, based on a balance of love and ethics. God strengthens us
and stays by our side through the direst consequences and does not establish
distinctions in order to make us grow in love. He also gives us the necessary
discernment in order to assume a worthy and responsible conduct in life that
responds to the expectations of the Kingdom of he who has made us participants.
Prayer: God of goodness, may your love and your firmness not forsake us,
and may they remind us that, just like you, we also need to be firm and loving
in the way we educate others. Amen.
EL EQUILIBRIO NECESARIO
HEBREOS 12:1-11
“Porque el Señor disciplina al
que ama
y castiga a todo el que recibe
como hijo”
Hebreos 12:6
Toda persona de alguna manera ha
tenido que asumir la responsabilidad de educar a alguien. Ya sea bajo los roles
familiares de padres, madres, abuelos, tíos… como también los de maestros,
tutores, guías… Incluso, de manera informal, con nuestras propias conductas o
afectos, estamos educando, influyendo en aquellos que nos rodean. Uno de los
retos constantes para todos es mantener el equilibrio necesario entre la
disciplina y el amor. Una educación basada sólo en reglas estrictas a cumplir
nunca fijará genuinamente experiencia o conocimiento. Por otra parte, confundir
el amor con mera permisividad, anularía la posibilidad de una educación
efectiva. Así, Dios mismo nos presenta una propuesta de vida, a través de
Jesucristo, fundada en el amor y la ética por igual. Dios nos fortalece y
acompaña hasta las últimas consecuencias y no establece distinciones para
hacernos crecer en amor, y también nos da el discernimiento necesario para que
asumamos en la vida una conducta digna, responsable, que responda a la
expectativa del Reino del que él nos ha hecho partícipes.
Oración: Dios bueno, que tu amor
y tu firmeza no nos abandonen, y que nos recuerden que, así como tú, también
nosotros debemos educar firme y amorosamente. Amén.
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