Sunday, March 6, 2016

Sunday, March 6 THE WINDOWS 1 CORINTHIANS: 13

Sunday, March 6
THE WINDOWS
1 CORINTHIANS: 13

“For now we see in a mirror dimly,
but then we will see face to face.”
1 Corinthians 13:12


     A recently married couple moved to a very peaceful neighborhood. On the first morning in the house, while drinking coffee at the window, the woman noticed that a neighbor was hanging sheets on a clothesline, and said to her husband, “What filthy sheets the neighbor is hanging on the line. Certainly she must not have soap to wash them, or doesn’t know how to do it.” The husband looked on without comment.

     The following day the woman was surprised, seeing the neighbor hanging out the same sheets, but immaculate and brilliantly white, and said to her husband, “Look, it seems she’s learned to wash well, or maybe she’s bought soap.”  Her husband replied, “No, today I got up early and cleaned the dirty glass on our window.” 

     Life is like that, everything depends on the cleanness of the window through which we observe things. Before criticizing, perhaps it would be better to check to see if we have cleansed our hearts, allowing us to be able to see more distinctly.  Thereby, we would be able to clearly see the purity of others’ hearts.  One can achieve all this only when God’s love fills our lives.

Prayer:  Clean today, Father, the window glass of our hearts, to always see with the clarity and purity of your eyes. Amen.

Translated by John Walter


LAS VENTANAS
1 CORINTIOS 13

“Ahora vemos  por espejo, oscuramente;
mas entonces veremos cara  a cara...”
1 Corintios 13: 12


Una pareja de recién casados se mudó para un barrio muy tranquilo. En la primera mañana en la casa, mientras tomaba café, la mujer reparó a través de la ventana, que una vecina colgaba sabanas en la tendedera y le dijo al marido: “Qué sábanas tan sucias cuelga la vecina en la tendedera. Seguro que no tiene jabón para lavarlas, o no sabe lavar bien”. El marido miró y quedó callado.
Al otro día, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las mismas sábanas limpiecitas y blanquitas y le dijo al marido: “Mira,  parece que aprendió a lavar bien, o ya se compró jabón” El marido le respondió: “No, hoy me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana que estaban sucios.”
La vida es así: todo depende de la limpieza de la ventana a través de la cual observamos los hechos.
Antes de criticar quizás sería conveniente chequear  si hemos limpiado el corazón para poder ver  más caro. Entonces podremos ver claramente la limpieza del corazón de los demás.
Todo esto solo se puede lograr cuando tenemos nuestras vidas llenas del amor de Dios.


Oración: Limpia hoy Padre,  los cristales de las ventanas de nuestro corazón, para ver siempre con la claridad y limpieza de tus ojos. Amén

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