Thursday, March 10
INDELIBLE FOOTPRINTS
MATTHEW 12:36
“O Lord, open my lips
and my mouth will declare your praise.”
Psalm 51:15
It didn’t please me to discover the marks
of a small foot on the surface of the fresh cement of a repair I was making to
my house, long after having advised them not to do it. So, I called my two sons and asked them, “Who
walked on this?” No one answered, but the size of the footprint gave away the
guilty one. It was an indelible footprint that would remind the child of his
disobedience every time he passed by there.
Something similar happens with some of our
errors. They can leave in our minds, as well as in the minds of others,
indelible marks and unpleasant impressions that in some cases cannot ever be erased
throughout our lifetime on earth.
But above all, remember that God knows all
our thoughts, words and acts. By ourselves we cannot erase any of our sins from
the book of life. Nonetheless, God himself will do so on our behalf if we go to
Him confessing our guilt, and believing in his dead and resurrected Son.
Prayer: Lord Jesus, don’t let our errors torture us
like inerasable prints. May we surrender them to you, and thus receive eternal pardon.
Amen.
Translated by John Walter
HUELLAS IMBORRABLES
MATEO 12:36
“Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu
alabanza”
Salmo 51:15
No me agradó nada descubrir la huella de un pequeño pie en la superficie
del cemento fresco de una reparación que estaba haciendo en mi casa, mucho más
después de haberles advertido que no lo
hicieran, por lo cual llamé a mis dos
hijos y les pregunté: “¿Quién caminó por aquí?” Nadie me respondió, pero el
tamaño de la huella delataba el
culpable. Era una huella imborrable que recordaría a este niño su desobediencia
cada vez que pasara por allí.
Así sucede con algunos de nuestros errores. Pueden dejar en nuestra mente y
en la de los demás huellas imborrables e
impresiones desagradables que en algunos casos jamás podrán ser borradas
durante nuestra vida en la tierra.
Pero sobre todo, recordemos que Dios conoce todos nuestros pensamientos,
palabras y hechos. Por nosotros mismos no podemos borrar del libro de la vida
ninguno de nuestros pecados. Sin
embargo, Dios mismo los borrará en nuestro lugar, si vamos a Él confesándole
nuestra culpa y creyendo en su Hijo muerto y resucitado.
Oración: Señor Jesús, no permitas que nuestros errores nos torturen como huellas
imborrables. Que podamos presentarlas ante ti y así recibir tu perdón eterno. Amén.
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