Tuesday, March 1
ARE WE PERFECT?
ROMANS
3:9-18
‟My God, I give you praise for I am not like the
others,
who are thieves, unjust, and adulterers.
Neither am I like this tax collector!”
Mark 18:11b
If we are asked if we’re
perfect, by false modesty we’ll respond by saying no. But most likely, inside,
we’ll be thinking like the Pharisee who went to the temple to pray. There’s a
temptation to believe that our birth place is the best, that the neighborhood
where we live is the best, that the best house there is mine, and certainly,
the best in my house is me.
The Lord calls us to reconsider
this situation when he says to us: “for
all men have sinned.” We are all sinners, but we are also all objects of
God’s love. What remains before us is to respond to that love knowing that He,
in his love, took on human form. He didn’t believe himself better than us.
How far we are from
understanding that love! If we understood this truth we’d cease judging others
and would more easily understand our own errors and limitations. Why not ask
yourself today: What kind of person am I, really?
Prayer: Good Celestial Father, help me to
recognize myself as I am, and to seek in your love the complement of my existence,
to become the person You wish for me to be. Amen.
Translated by John
Walter
¿SOMOS PERFECTOS?
ROMANOS 3:9-18
‟Dios mío, te doy
gracias porque no soy como los demás,
que son ladrones,
injustos y adúlteros.
¡Ni siquiera soy como
este cobrador de impuestos!”
Marcos. 18: 11b.
Si nos preguntan si
somos perfectos, por falsa modestia responderemos que no. Pero probablemente en
nuestro interior estaremos pensando como el fariseo que fue al templo a orar.
Hay una tentación a creernos que el lugar donde nacimos es el mejor, que el
barrio donde vivimos es el mejor, que la mejor casa del barrio es la mía; y
desde luego que el mejor de mi casa soy yo.
El Señor nos llama a
reconsiderar esta situación, cuando nos dice: ‟por cuanto todos pecaron”.
Todos somos pecadores; pero también todos somos objetos del amor de Dios. Lo
que nos queda es responder a ese amor, sabiendo que Él en su amor se hizo
semejante a nosotros. No se creyó mejor que nosotros.
¡Cuánto nos falta por
aprender de ese amor! Si entendiéramos esta verdad, dejaríamos de estar
juzgando a los demás y comprenderíamos con mayor facilidad nuestros propios
errores y limitaciones. Por qué no te preguntas hoy ¿cómo soy en realidad?
Oración: Buen Padre celestial,
ayúdame a reconocerme tal como soy, y a buscar en tu amor la complementación de
mi existencia, para llegar a ser lo que tú quieres de mí. Amén
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