Saturday, June 18
THE FATHER'S LAST WILL
LUKE 15:18-19
“I am no longer
worthy to be called your son.”
Luke 15:19
A youth in a moneyed family, due to his terrible conduct,
finally exhausted the patience of his father who decided to stop supporting
him. The young man left the house and became more and more enmeshed in
dissolution and sin.
One day, when he had no more money, he decided to break in
and rob his father’s house, telling himself, “After all, what I’m doing isn’t
that bad since my father ought to be taking care of me. I’m only taking what is
mine.” In opening the safe, he found his father’s will and began to read it. To
his surprise, he saw that together with his brothers he would be inheriting a
part equal to that of all the others. The father he had offended had included
him in his will. He was shocked and said, “My father loves me and still
recognizes me as his son.”
If you think that God no longer loves you because of the
mistakes you have made throughout the days of your life, then you are
wrong. Without doubt, God hates the sin
but loves the sinner.
God is waiting for your sincere repentance to give you the
glorious inheritance which He has promised you.
Prayer: Pardon my failures, my good Savior. When I return to you
after having done wrong, receive me and forgive me. Help me to walk with
humility the road of reconciliation. By your mercy, Amen.
Translated by John Potter
EL TESTAMENTO DEL
PADRE
LUCAS 15:18-19
“Ya no soy digno de ser llamado tu hijo”
Lucas 15:19
Un joven de una familia
adinerada acabó, debido a su lamentable conducta, por agotar la paciencia del
padre, quien decidió dejar de sustentarlo. El muchacho abandonó la casa y fue
cayendo cada vez más bajo en el desorden y el pecado.
Un día, como ya no tenía
dinero, decidió entrar a robar en casa del padre y se decía: “Después de todo
no hago tan mal, pues mi padre debía cuidar de mí. Sólo me estoy llevando lo
que me pertenece.” Al abrir la caja fuerte encontró el testamento de su padre y
se dispuso a leerlo. Para su sorpresa, vio, que al igual que sus hermanos, era
él heredero de una parte igual que la de todos los demás. Ese padre, a quien él
había ofendido, lo había inscrito en su testamento. Entonces se conmovió y
dijo: “Mi padre me ama y me reconoce todavía como su hijo.”
Si usted piensa que Dios ya no
lo ama por los errores que ha cometido a lo largo de su vida, pues se equivoca.
Sin dudas, Dios rechaza el pecado, pero ama al pecador.
Dios está esperando su sincero
arrepentimiento para darle la herencia gloriosa que le ha prometido.
Oración: Perdona mis faltas, mi buen Señor. Recíbeme de regreso
cuando me haya equivocado y dame tu perdón. Ayúdame a atravesar con humildad el
camino de la reconciliación. Por tu
misericordia. Amén.
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