Tuesday, June 14
HUMAN JOY AND DIVINE JOY
ACTS 14:8-23
“…even though you do not see him now, you
believe in him and
are filled with an inexpressible and glorious
joy.”
I Peter 1:8
In the Bible joy and happiness are evoked on innumerable occasions. This
tells us that the Bible contains an essential message for leading a happy life.
The simple joys of life form part of God’s plan for human life, and it is God
who gives them. Take as an example the joy that accompanies a meal among family
members or friends, the birth of a baby, the attaining of a desired goal and
the many other ways in which rejoicing comes to our hearts. Jesus often
announced the Kingdom of God using these simple joys. However, do we know how to rejoice with
simplicity and freshness in the face of the many blessings that God gives us
every day?
God invites us to go further, not just dwelling on the human character of
the joy we receive. Our joys find their true dimension when they are lived in a
relationship with God, for Christian joy is, above all, a spiritual joy. It is the joy of knowing God as savior, as
the way, as guide, as the meaning of our existence.
If we follow Jesus’s example, we are capable of feeling joy when people
who do not know him experience unease. A case in point: if we share something scarce
that we may need at some future point. In
that deed we feel a great satisfaction capable of stifling any feeling of
selfishness that is so common in our time. It is this type of joy that should
characterize our lives as Christians. Being aware of the infinite love of God,
our fears and tears are wiped away to make way for the joy of being loved by
God. This joy is greater than all human joys.
Prayer:
Thank
you, God of happiness, for the joy which we experience in you. In the name of
Jesus, Amen.
Translated by John Potter
EL GOZO HUMANO Y EL GOZO DIVINO
HECHOS 14:8-23
“… en quien creyendo, aunque ahora no
lo veáis,
os alegráis con gozo inefable y
glorioso”
I Pedro 1:8
En la Biblia el gozo y la felicidad son evocados en
un sinnúmero de ocasiones. Eso significa que la Biblia contiene un mensaje
esencial para tener una vida feliz.
Las sencillas alegrías de la vida forman parte del
plan de Dios para el ser humano. Es él quien las da. Por ejemplo: el gozo que
trae una comida entre amigos o familiares, el nacimiento de un bebé, el
alcanzar alguna meta anhelada y tantas otras maneras en que llega el regocijo a
nuestros corazones. A menudo Jesús anunció el Reino de Dios usando esas
sencillas alegrías. Pero ¿sabemos
alegrarnos con simplicidad y frescura ante las múltiples bendiciones que Dios
nos da cada día?
Dios nos invita a ir más allá, a no detenernos en el
carácter humano del gozo que recibimos. Nuestras alegrías toman su verdadera
dimensión cuando son vividas en relación con Dios, pues la alegría del
cristiano es ante todo una alegría espiritual. Es el gozo de conocer a Dios
como salvador, como camino, como guía, como sentido a nuestra existencia. Si
nos acercamos al ejemplo de Jesús, somos capaces de sentir gozo cuando otros
que no lo conocen sienten desasosiego. Pongamos por caso cuando compartimos
algo que no nos sobra y que hasta podríamos necesitar en un momento, después de
tal acción, sentimos una gran satisfacción capaz de ahogar cualquier
sentimiento de egoísmo tan común en nuestros tiempos. Es ese el tipo de gozo
que debe caracterizar nuestras vidas cristianas. Al ser conscientes del amor
infinito de Dios, nuestros temores y lágrimas se borran para dejar paso a la
alegría de ser amado por él. Este gozo es más elevado que todas las alegrías
humanas.
Oración: Gracias Dios de la alegría, por el
gozo que experimentamos en ti. En el nombre de Jesús. Amén.
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