Tuesday, June 28, 2016

Tuesday, June 28 OUR TIMES ARE IN HIS HANDS PSALM 39:4

Tuesday, June 28
OUR TIMES ARE IN HIS HANDS
PSALM 39:4

“My times are in your hands.”
Psalm 31:15
Some people would like to halt time to take maximum advantage of the present moment. Others, those who are suffering, think that time drags on too slowly. Nevertheless, time passes inexorably, just as human life does; whether we’re agitated or rebellious, our lives in this world are limited.

The Christian knows that every one of his days is in God’s hand, who is the author of time. He can free us from death. We know of the grace of the God of eternity as well. Time passes and does not return. No one knows if they will be alive tomorrow. Today God wants to free us from eternal death; so it is today that we need to accept his grace. Learning to count our days means living each one of them trusting in God, making each day the happiest and most useful possible, not wasting time but taking every opportunity to do the greatest possible good.
   
The Christian’s hope is not in death, but in a happy eternity with our Savior. We believe in the God of life, so it is not up to us to speculate about the end of our existence – that’s God’s prerogative alone. Instead, our concern should be that of living a life with meaning, even amid our limitations.

Prayer:  Lord, despite knowing that we’re advancing toward death, we do so trusting in your promise of eternal life. Amen.

Translated by John Walter

EL TIEMPO EN SUS MANOS
SALMO 39:4

“En tus manos están mis tiempos”
Salmo 31:15

A algunas personas les gustaría detener el tiempo para aprovechar al máximo el momento presente. Otras, las que sufren, piensan que el tiempo pasa demasiado lento. Sin embargo, el tiempo pasa inexorablemente,  así como la vida humana. Ya sea que nos ofusquemos o que seamos rebeldes nuestra vida en este mundo es limitada.
El cristiano sabe que cada uno de sus días está en las manos de Dios, quien es dueño del tiempo. Él nos puede librar de la muerte. Sabemos también de la gracia del Dios de la eternidad.
El tiempo pasa y no vuelve. Nadie sabe si mañana vivirá. Hoy Dios quiere librarnos de la muerte eterna. Por lo tanto, hoy es necesario aceptar su gracia.
Aprender a contar nuestros días es vivir cada uno de ellos confiando en Dios, hacer de cada día el más feliz y útil posible, no malgastar el tiempo, sino aprovechar cada oportunidad para hacer todo el bien posible.
La esperanza del cristiano no es la muerte, sino la feliz eternidad con su Salvador. Nosotros creemos en el Dios de la vida, así que no nos corresponde especular sobre el final de nuestra existencia, esa prerrogativa solo la tiene Dios. Nuestra preocupación más bien debe ser la de vivir una vida con sentido, aún en medio de nuestras limitaciones.



Oración: Señor, a pesar de que sabemos que estamos caminando hacia la muerte, lo hacemos confiados en tu promesa de vida eterna. Amén. 

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