Wednesday, June 8
WE
ARE ALL INVITED
LUKE
14:16-18
“...and
there is still room”
Luke
14:22b
A
great dinner for many invitees had been organized, only for honorable people. But
they were all busy with their affairs, too busy. The invitees amiably refused
the invitation. “Perhaps another time,” assuredly they thought.
But
there will be no second opportunity! The master of the house had made great
preparations which had demanded sacrifices. The goodness manifested toward his
invitees was considerable. To reject his invitation was, therefore, an unpardonable
offense, and the excuses they’d given lacked value.
This
story illustrates the invitation God makes to each of us: “Do you wish to come to me to be saved?” For God it’s urgent that
we respond affirmatively, and at the opportune time. He offers us a great
banquet of peace, salvation, eternal life and happiness with Him. He acquired these
for you at the cost of Jesus Christ’s sacrifice, his beloved Son.
Think
about the great banquet we miss when we make up thousands of excuses for not
accepting the invitation to meet with God. Also consider that this is a special
host who always makes room for more invitees to join in his celebration.
Prayer: I
come to you today, Lord, wanting to be part of the banquet of your salvation.
Forgive me for the times I’ve rejected your invitation, and receive me today
with your forgiving love. Amen.
Translated
by John Walter
TODOS ESTAMOS INVITADOS
LUCAS 14:16-18
“...aun hay lugar”
Lucas 14:22b
Se había organizado una gran cena para muchos invitados, solo gente
honorable, pero que estaban muy ocupadas en sus asuntos, demasiado ocupados.
Los invitados rechazaron amablemente la invitación. “Quizás en otra ocasión”,
pensaron seguramente.
¡Pero no habría una segunda oportunidad! El señor de la casa había hecho
grandes preparativos, los cuales habían exigido sacrificios. La bondad
manifestada hacia sus invitados era grande. Rechazar su invitación era, pues,
una ofensa imperdonable. Y las razones que estos daban carecían de valor.
Esta historia ilustra la invitación que Dios hace a cada uno de nosotros:
“¿Quieres venir a mí para ser salvo?” A Dios le urge que
respondamos afirmativamente y en el momento oportuno. Él nos ofrece un gran
banquete de paz, salvación, vida eterna y felicidad junto a Él. Este lugar lo adquirió para usted al precio del sacrificio de
Jesucristo, su Hijo amado.
Pensemos en el gran banquete que nos perdemos cuando ponemos por delante
miles de justificaciones para no aceptar la invitación de encontrarnos con
Dios. Pensemos también en que éste es un anfitrión especial que siempre abre
espacio para que más invitados participan en su fiesta.
Oración: Hoy acudo a ti Señor, quiero
participar del banquete de tu salvación. Perdóname por las veces que rechacé tu
invitación antes y recíbeme hoy con tu amor perdonador. Amén.
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