Wednesday, June 8, 2016

Wednesday, June 8 WE ARE ALL INVITED LUKE 14:16-18

Wednesday, June 8
WE ARE ALL INVITED
LUKE 14:16-18

“...and there is still room”
Luke 14:22b


A great dinner for many invitees had been organized, only for honorable people. But they were all busy with their affairs, too busy. The invitees amiably refused the invitation. “Perhaps another time,” assuredly they thought.

But there will be no second opportunity! The master of the house had made great preparations which had demanded sacrifices. The goodness manifested toward his invitees was considerable. To reject his invitation was, therefore, an unpardonable offense, and the excuses they’d given lacked value.

This story illustrates the invitation God makes to each of us: “Do you wish to come to me to be saved?” For God it’s urgent that we respond affirmatively, and at the opportune time. He offers us a great banquet of peace, salvation, eternal life and happiness with Him. He acquired these for you at the cost of Jesus Christ’s sacrifice, his beloved Son.

Think about the great banquet we miss when we make up thousands of excuses for not accepting the invitation to meet with God. Also consider that this is a special host who always makes room for more invitees to join in his celebration.

Prayer: I come to you today, Lord, wanting to be part of the banquet of your salvation. Forgive me for the times I’ve rejected your invitation, and receive me today with your forgiving love. Amen.

Translated by John Walter   



TODOS ESTAMOS INVITADOS
LUCAS 14:16-18

“...aun hay lugar”
Lucas 14:22b

Se había organizado una gran cena para muchos invitados, solo gente honorable, pero que estaban muy ocupadas en sus asuntos, demasiado ocupados. Los invitados rechazaron amablemente la invitación. “Quizás en otra ocasión”, pensaron seguramente.
¡Pero no habría una segunda oportunidad! El señor de la casa había hecho grandes preparativos, los cuales habían exigido sacrificios. La bondad manifestada hacia sus invitados era grande. Rechazar su invitación era, pues, una ofensa imperdonable. Y las razones que estos daban carecían de valor.
Esta historia ilustra la invitación que Dios hace a cada uno de nosotros: “¿Quieres venir a mí para ser salvo?” A Dios le urge que respondamos afirmativamente y en el momento oportuno. Él nos ofrece un gran banquete de paz, salvación, vida eterna y felicidad junto a Él. Este lugar lo adquirió  para usted al precio del sacrificio de Jesucristo, su Hijo amado.
Pensemos en el gran banquete que nos perdemos cuando ponemos por delante miles de justificaciones para no aceptar la invitación de encontrarnos con Dios. Pensemos también en que éste es un anfitrión especial que siempre abre espacio para que más invitados participan en su fiesta.


Oración: Hoy acudo a ti Señor, quiero participar del banquete de tu salvación. Perdóname por las veces que rechacé tu invitación antes y recíbeme hoy con tu amor perdonador. Amén.

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