Thursday, June 16
SAVED BY GOOD
WORKS?
EPHESIANS 2:8-9
“all our righteous
acts are like filthy rags…”
Isaiah 64:6
Many people think that good works will make them worthy of
salvation and that when they appear before God, God will put their good actions
into one pan of the scales and their bad actions into the other, with their
fate being decided by the weight of the one over the other. But who can
calculate or compare good and evil conduct? If we look at them in the light of
God’s Holiness, surely they will have a great weight.
Now, what value will our good works have, even if they are
religious? Frequently they are soiled by pride or by our secret desire to be
congratulated for them. In reality, doing good works carries no merit in the
eyes of God. Good behavior is normal conduct in God’s presence; it doesn’t
erase our sins or compensate for poor behavior. If you cheat a friend, you have
sinned; if you take what isn’t rightfully yours, you have sinned; if you
tolerate violence, you have sinned—even if you do good works.
Nevertheless, brothers and sisters, beyond the reality of
sin, which dogs us both within and without; there is something which encourages
us in our life of faith. Good works must be the result of a true transformation
and only thus can any doubt about the intent of our actions be cleared away. We
must trust that God will help us overcome the temptation to do good in order to appear good, and will strengthen
us to refrain from doing ill so that we may be a living testimony wherever we
may go.
Prayer: Lord, don’t let us fall into the temptation of thinking that
we are good because of what we do. Help
us to find Jesus. Amen.
Translated by John Potter
¿SALVARSE
MEDIANTE BUENAS OBRAS?
EFESIOS 2:8-9
“Todos nosotros somos como suciedad…”
Isaías 64:6
Muchas personas piensan que
las buenas obras las hacen merecedoras de la salvación, y que cuando
comparezcan ante Dios, este pondrá las buenas acciones en uno de los platillos
de la balanza y las malas en el otro. Según el peso de unas y de otras, se
decidirá la suerte eterna. Pero ¿quién puede calcular o comparar las buenas y
malas conductas? Si las miramos ante la luz de la santidad de Dios, seguramente
tendrían un peso bien grande.
Ahora ¿Qué valor tienen
nuestras buenas obras, incluso si son religiosas? A menudo están estropeadas
por el orgullo o el secreto deseo de que nuestros semejantes nos feliciten por
ellas.
Hacer buenas obras no es en
realidad algo meritorio a los ojos de Dios. Las buenas acciones son una
conducta normal ante Dios, no borran en nada nuestros pecados y no compensan
las malas acciones. Si alguien engaña a un amigo ha pecado, el que toma lo que
no le es lícito, ha pecado; el que es indulgente con la violencia ha pecado…
aunque haya hecho buenas obras.
Sin embargo, hermano y
hermana, más allá de la realidad del pecado que nos acosa desde adentro o desde
afuera, hay algo que nos alienta en nuestra vida de fe. Las buenas obras deben
ser consecuencia de una transformación verdadera y sólo así quedará despejada la
duda acerca de las intenciones de nuestro proceder. Confiemos en Dios para que
él nos haga superar la tentación de hacer buenas obras para aparentar bondad. Y
que él nos dé las fuerzas suficientes para no hacer el mal y ser testimonio
vivo dondequiera que vayamos.
Oración: Señor, no nos dejes caer en la tentación de creernos
buenos por lo que hacemos. Ayúdanos a
encontrar a Jesús. Amén.
No comments:
Post a Comment