Saturday, June 25, 2016

Saturday, June 25 LIBERATION ACTS 8:9-24

Saturday, June 25
LIBERATION
ACTS 8:9-24
“The Spirit of the Lord is on me,
because he has anointed me to proclaim
the good news to the poor.”
Luke 4:18


Simon practiced magic, and made money through it. When he saw the Apostles Peter and John, he concluded that they possessed a power very superior to his own. Intrigued, he attempted to gain access to this power through money, because he doubtlessly believed that by doing so he would achieve greater success and profits. But the Apostles discovered his intentions and declared to him that he was under evil influences, a prisoner of his love of money.

Today we want to direct our attention to you. You may find yourself in a cell in some prison that could be either physical or spiritual. Have you asked yourself about the existence of such binds in your life? The bars to which we are referring aren’t made of steel, though at times they can be even stronger, acting upon our desires and needs. For some it’s about money, for others it’s an addiction to alcohol and drugs…The Bible calls this “slavery to sin.” But Jesus has proclaimed the good news, the liberation of all captives. The faith that encourages us is that he came to free those who were bound by the chains of sin. Even today he comes to free us, but it’s necessary to do as they said to Simon the magician: Repent and accept him as Lord.
   
If we trust in God, there will be no jail solid enough to imprison us. He will always work justice and liberation when we earnestly cry out to him.

Prayer:  Free us from those prison cells that we create ourselves. We know that without your help it’s impossible. Amen.

Translated by John Walter



LIBERACIÓN
HECHOS 8:9-24
“El Espíritu del Señor está sobre mí por cuanto me ha ungido…
a proclamar libertad a los cautivos”
Lucas 4:18
Simón practicaba la magia y a través de ello ganaba dinero. Al ver a los apóstoles Pedro y Juan concluyó que estos disponían de un poder muy superior al suyo. Muy interesado, intentó apropiarse de ese poder mediante el dinero, pues sin duda pensaba alcanzar nuevos éxitos y más ganancias. Pero los apóstoles descubrieron sus intenciones y le declararon que él estaba bajo el poder del mal, prisionero de su amor al dinero.
Hoy queremos dirigirnos a ti, que quizás te halles en la celda de alguna cárcel que puede ser física o espiritual. ¿Te has preguntado sobre la existencia de tales ataduras en tu vida? Las rejas a las que nos referimos no son de hierro pues en ocasiones pueden ser más fuertes, actúan sobre nuestros deseos o necesidades. Para algunos es el dinero, para otros las adicciones al alcohol, las drogas… La Biblia llama a esto “esclavitud del pecado”. Pero Jesús ha proclamado la buena noticia: la liberación de todos los cautivos. La fe que nos alienta es que él vino a liberar a los que estaban retenidos por las cadenas del pecado. Aún hoy viene a liberarnos, pero es necesario hacer como le dijeron a Simón el mago: arrepentirse y aceptarlo como Señor.
No habrá cárcel lo suficientemente sólida para aprisionarnos si confiamos en Dios. Él obrará justicia y liberación siempre que clamemos a él sinceramente.


Oración: Libéranos de esas celdas que creamos nosotros mismos. Sabemos que sin tu ayuda es imposible. Amén.

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