Monday, November 21
A PROMISING
SILENCE
PSALM
37: 1-7
Be still before the LORD, and wait patiently for him;
Psalm 37: 7a
How difficult silence is for the majority of Cubans!
Havana-Matanzas trips in a crowded vehicle amounts to a
boisterous two-hour ride. You walk into
a place where there are more than two people, and you find out everything
that’s going on. At other times it’s our inner ruckus inside that blocks all
thought.
Often in our prayers we want to ask God for so many things
that we don’t hear his “voice.” We lose hope because evildoers supposedly live
better; we complain because the wicked achieve success and criminals are not
punished. How many times have we heard people say, “If God exists, why do these
things happen?” Have we ever had that
thought?
The 37th Psalm gives the answer. That’s why I
want to emphasize the message: Trust in
the LORD, and do good; so you will
live in the land, and enjoy security.
Take delight in the LORD, and he
will give you the desires of your heart.
Commit your way to the LORD; trust
in him, and he will act. And that which for
me is the most revealing: Keep silence
before the Lord.
In each devotional period that we have, let us keep silence,
allow disturbing thoughts to pass, so that our anxiety may disappear. When our
mind and heart are clean, we will hear the tranquil voice of God and his peace
will wash over us and we will realize that He is with us.
Prayer: Lord, teach me to keep silence and to listen to you. Amen.
Translated by John Potter
UN SILENCIO
PROMETEDOR
SALMO 37: 1-7
Guarda silencio ante el Señor, espera
con paciencia a que El te ayude.
Salmo
37: 7ª
¡Qué difícil es para la
mayoría de los cubanos el silencio!
Los viajes Habana-Matanzas en
un “almendrón” constituyen un espacio bullicioso de dos horas. Entras en un lugar donde haya más de dos personas y te enteras de todo lo que hablan. Otras veces
es la bulla interior la que bloquea todo pensamiento.
Muchas veces en nuestras
oraciones queremos pedirle tantas cosas
a Dios, que no escuchamos su “voz.”. Nos
desesperamos porque supuestamente los que hacen mal viven mejor, nos duele que
los malvados alcancen el éxito y los malhechores no sean castigados.
¡Cuántas veces hemos oído
decir: Si Dios existe por qué pasan esas cosas! ¿Lo hemos pensado nosotros
alguna vez?
El salmo 37 da la respuesta.
Por eso quiero destacar su mensaje: Confía
en el Señor y haz lo bueno, mantente fiel. Ama al Señor con ternura y el
cumplirá tus deseos más profundos. Pon
la vida en las manos del Señor, confía en él, y él vendrá en tu ayuda. Y lo
que para mí es lo ms revelador: Guarda
silencio ante el Señor.
En cada tiempo devocional que
hagamos, guardemos silencio, dejemos que los pensamientos perturbadores pasen,
que la ansiedad desaparezca. Cuando nuestra mente y corazón estén limpios
escucharemos la voz tranquilizadora de
Dios y su paz nos inundará y nos daremos cuenta que Él está con nosotros.
Oración: Señor, enséñame a guardar silencio y escucharte. Amén
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