Wednesday November 30
GIGES' RING
PSALM 119
Happy are those who
keep his decrees,
who seek him with
their whole heart
Psalm 119:2
Plato, in the second volume of the Republic tells us the story of Giges, a peasant who finds a ring
which gave him the ability to become invisible. Thus, a man who, until that
moment was a just man, having seen the possibility of being beyond reach of the
law on account of his invisibility, committed great outrages. Invisibility
allowed him to kill the king and take his place. With that story, Plato
highlighted the innate injustice of human beings were they able to act without
the restrictions of law.
In the gospel we find our own “ring of Giges,” the key to
acting without restrictions and in complete freedom. However, far from
encouraging us to sin, this possibility should foster the strongest bonds:
honesty, sincerity, prophetic daring, altruism . . . . God created us in his image and likeness, and
I refuse to believe that such a nature should bring with it only selfish and
wicked fruits.
Although the Word reminds us constantly that we are not
perfect, it also strengthens in us the possibility for repentance, for renewal,
and for pardon. And with that it also reminds us of God’s closeness when we
follow the light of his son Jesus. Let’s act naturally and without fear of
retribution, so that this sincerity may let us draw nearer to our neighbor and
to God.
Prayer: Lord, I am in your hands. Allow me to act according to your
will, not from fear of your punishment, but with love and eternal gratitude for
the birth of your Son among us. Amen.
Translated by
John Potter
El anillo de Giges
Salmo 119
Dichosos los que guardan sus estatutos
y de todo corazón lo buscan.
Salmo 119:2
Platón, en el segundo libro de
la República, nos narra la historia de Giges, un campesino que encuentra un
anillo que le concede la cualidad de hacerse invisible. Así, un hombre hasta el
momento justo, al verse con la posibilidad de estar al margen de la ley por su
invisibilidad incurre en grandes atropellos que le permitieron matar a su rey y
tomar su lugar. Con esta historia Platón resaltaría la naturaleza injusta de
los seres humanos si pudieran actuar sin la censura de las leyes.
Nosotros encontramos en el
evangelio nuestro “anillo de Giges”, la clave para actuar sin censuras y con
completa libertad. Sin embargo esta posibilidad lejos de animarnos a pecar
debería promover los más genuinos valores: la honestidad, la sinceridad, la
osadía profética, el altruismo… Dios nos creó a su imagen y semejanza y me
resisto a pensar que tal naturaleza traiga consigo sólo frutos egoístas y
malvados.
Si bien la Palabra nos
recuerda constantemente que no somos perfectos, también afianza en nosotros la
capacidad de arrepentimiento, de renovación, de perdón. Y con esto, también la
cercanía a Dios a través del seguimiento de la luz de su hijo Jesús. Actuemos
naturalmente y no por temor a represalias, y que esta sinceridad nos permita
acercarnos más a nuestro prójimo y a Dios.
Oración: Señor, estoy en tus manos. Permíteme actuar según tu
voluntad, no por temor a tu castigo, sino por amor y agradecimiento eterno ante
el nacimiento de tu hijo entre nosotros. Amén.
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