Saturday, November 19
TEACH YOURSELF TO
FORGIVE
MATTHEW 18:21-35
Jesus answered, “I
tell you not seven times,
but seventy-seven
times.”
Matthew 18:22
When someone hurts, tricks or mistreats us, we fill ourselves with
rancor without thinking about the consequences it can bring us. Then we say,
“Sorry, but I can’t forgive; may God forgive you.” Nevertheless, we think that
forgiving is a feeling that should come from emotion, whereas forgiveness is
truly a decision, an act of will. When we withhold forgiveness the offense not
only stays in the mind, but also goes to our hearts, and there it ends up
hurting us even more and filling life with bitterness.
Humanly it’s difficult to forget that which causes us pain, but when we
really make the decision to forgive, those memories will have already stopped
hurting us. By that act we not only forgive the one who offended us, but also
we free ourselves from living with rancor and bitterness. Forgiveness is an act
of love toward oneself, since it’s a personal liberation and also an act of
obedience to the divine command to love one’s neighbor as oneself. As
Shakespeare said, “Forgiveness falls like gentle rain from the sky to the
earth, and is twice blessed; it blesses the giver and receiver alike.”
Prayer: Teach us to forgive, Lord, in the same way as you forgive us daily. Amen.
Translated by John Walter
ENSÉÑATE A PERDONAR
MATEO 18:21-35
No te digo que hasta siete veces,
sino hasta setenta y siete veces– le contestó Jesús
Mateo 18:22
Cuando
alguien nos lastima, engaña o trata mal, llenamos nuestra vida de rencor, sin
pensar en las consecuencias que esto nos puede traer. Entonces decimos: “Lo
siento, pero no puedo perdonar. Que lo perdone Dios”
Sin
embargo, pensamos que el perdón es un
sentimiento que debe venir de la emoción, cuando verdaderamente el perdón
es una decisión, un acto de voluntad.
Cuando
no perdonamos, la ofensa no sólo se queda en la mente, sino que pasa al
corazón, y eso termina lastimándonos aun más y llenándonos la vida de amargura.
Humanamente
es difícil olvidar eso que nos causó dolor, pero cuando realmente tomamos la
decisión de perdonar, ya esos recuerdos
dejan de lastimarnos. Y así mismo no sólo perdonamos a quien nos
ofendió, sino que nos liberamos a nosotros mismos de vivir con rencor y
amargura.
El
perdón es un acto de amor a uno mismo, pues es una liberación personal, y es
también un acto de obediencia al mandamiento divino de amar al prójimo como a
uno mismo. Como dijo Shakespeare: “El perdón cae como la lluvia suave desde el
cielo a la tierra y es dos veces bendito, bendice al que lo da y al que lo
recibe”
Oración: Enséñanos a perdonar Señor, de
la misma manera como tú nos perdonas diariamente a nosotros. Amén.
No comments:
Post a Comment