Wednesday, November 9, 2016

Wednesday, November 9 A TIME TO TEAR DOWN AND A TIME TO BUILD JEREMIAH 1:4-10

Wednesday, November 9
A TIME TO TEAR DOWN AND A TIME TO BUILD
      JEREMIAH 1:4-10

“Now I have put my words in your mouth. See, today I appoint you over nations and kingdoms to uproot and tear down, to destroy and overthrow, to build and to plant.”

Jeremiah 1:9-10

Jeremiah received a call to complete a mission. The first part of the verse calls for destruction. At first it is disconcerting that the mission consists of it; but as we read the verse in its entirety, and focus on our world today, we realize the significance of the duty entrusted to him. The prophet was to destroy and combat injustice, evil, the abuse of power, corruption and all the social evils of his day. 

This duty poses a great challenge to us as well today. I’m referring to those evils that are the result of loving false gods, such as the excessive need for individual recognition, or of obtaining material goods. We should each look at our interior worlds and destroy whatever distances us from God.  Once we have done this, we can construct and plant all that promotes peace within us and contribute to the peace of our environment.

We are challenged to build love toward our Creator, toward our neighbor and even toward ourselves. We cannot ignore the responsibility to build good relationships; to construct all the values that strengthen our faith; to care for our natural environment; to attend to and care for the most vulnerable, for the sick, the elderly, children and the needy.

Jeremiah made excuses for God’s calling.  We too have many excuses.  Like the Lord said to Jeremiah, He says to us: Do not be afraid of them, for I am with you and will rescue you. (1:8)


Prayer: Lord, give us the strength to accomplish the mission to transform our lives and to improve the natural and social environment in which we love.  In the name of Jesus we pray. Amen.

Translation by Elisa Menocal


TIEMPO DE DESTRUIR Y TIEMPO DE CONSTRUIR
      JEREMÍAS 1: 4-10

Yo pongo mis palabras en tus labios. Hoy te doy plena autoridad
sobre reinos y naciones, para arrancar, derribar,
para destruir y demoler, y también para construir y plantar.
Jeremías 1: 10

Jeremías recibió un llamado para llevar a cabo una misión. La primera parte del verso leído insta a la destrucción. En un primer momento  preocupa que la tarea consista en ello; pero al leer el verso en su totalidad,  y fijar la vista en nuestro mundo de hoy, nos damos cuenta del significado de la tarea que se le encomendaba. El profeta debía derribar, combatir la injusticia, la maldad, el abuso del poder, la corrupción y todos los males sociales de entonces. Tarea que resulta un gran desafío también para nosotros hoy. Hablo de esos males que son el resultado del  amor a dioses falsos, como  la necesidad desmedida de reconocimiento individual, o la obtención de bienes materiales. Individualmente debemos mirar hacia nuestro mundo interior y destruir lo que nos aparta de Dios. Una vez hecho esto, podemos construir y  plantar todo lo que  propicie la paz, interior y contribuir a la paz a nuestro alrededor. Somos desafiados a construir amor hacia nuestro Creador, hacia nuestro prójimo y hacia nosotros mismos. Construir buenas relaciones, construir todos los valores que fortalezcan nuestra fe, el cuidado del entorno natural, la atención a los vulnerables, enfermos, ancianos, niños y a quienes nos necesiten, son responsabilidades que no podemos eludir.
Jeremías puso excusas al llamado de Dios. También nosotros tenemos muchas excusas. Como a Jeremías,  el Señor nos dice: No tengas miedo de nadie, pues yo estoy contigo para protegerte. Yo, el Señor, te doy mi  palabra. (v.8)


Oración: Señor, Danos fuerzas para cumplir la misión de transformar nuestras vidas y hacer que el entorno natural y social  en que vivimos sea mejor. En el nombre de Jesús oramos. Amén

No comments:

Post a Comment