Wednesday, November 23
AN ORDERED LIFE
PHILIPPIANS 2
Let the same
mind be in you that was in Christ Jesus,
Philippians 2:5
Have you ever seen a railroad engineer leave his cab and run
from one end of the train to the other to see if all the cars were coupled
together behind the engine? Certainly not. He knows that all the cars follow
behind the locomotive. Normally, his only concern is the locomotive which he
drives.
Just like the cars of a train, a body doesn’t do whatever it
pleases; it follows the directions from the brain or the mind. If we want to
live for Christ, we have to begin with our thoughts. We must lead our thoughts
in a good path, and then everything that follows will turn out well. Allowing
evil into our minds will cause destruction, but dwelling in the things of God
will bring peace.
Through study of God’s Word we can learn how to struggle
against evil. The result in life will depend on how you think. Nobody but you
can control your own thoughts. It is almost impossible to avoid evil thoughts,
but you are the one who decides what to do with them. If you give lodging to an
evil thought, it will lead you to do evil things, but if you push the evil
thought away and replace it with pure thoughts, you can overcome sin.
Serving God is not a duty or a drudgery; when seeing things
from a good perspective, it is a joy to follow the Lord. God has promised that
if you make that the first order of business, it will bring good order to your
life even in this confusing world.
Prayer: Dear God, give us control of our thoughts that we may not
fall into temptation. Amen.
Translated by
John Potter
Una vida ordenada
FILIPENSES 2
Haya, pues, en vosotros este sentir
que hubo también en Cristo Jesús
Filipenses 2:5
¿Has visto alguna vez a un
ingeniero de trenes saltar de su cabina y correr de un extremo al otro del tren
para ver si todos los vagones están conectados detrás de la máquina? Por
supuesto que no. Él sabe que todos los vagones seguirán detrás de la
locomotora. Normalmente su única preocupación es la locomotora que conduce. Al
igual que los vagones de un tren, un cuerpo no hace lo que quiere naturalmente.
Sigue las ordenanzas del cerebro o de la mente. Si queremos vivir por Cristo,
debemos comenzar con nuestros pensamientos. Debemos guiar nuestros pensamientos
por el buen camino, entonces todo lo demás saldrá bien. Permitir que la maldad
entre en nuestra mente ocasionará destrucción, pero morar en las cosas de Dios
traerá paz. Mediante el estudio de la Palabra de Dios podemos aprender cómo
luchar en contra del mal El resultado de la vida dependerá de cómo piensas,
porque eso determina cómo actúas. Nadie más que tú puede controlar tus
pensamientos. Es casi imposible evitar un pensamiento malo, pero tú decides lo
que vas a hacer con él. Si albergas un pensamiento malo, te llevará a hacer
cosas malas y a desobedecer a Dios, pero si rechazas el pensamiento y lo
reemplazas con pensamientos puros, puedes vencer el pecado. El servir a Dios no
es un deber o un trabajo penoso; viendo
las cosas desde una buena perspectiva es
una alegría seguir al Señor. Dios ha prometido que si lo pones en primer lugar,
traerá buen orden en tu vida aún en este mundo confuso.
Oración: Amado Dios, danos el control de nuestros pensamientos
para no caer en tentación. Amén.
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