Sunday,
August 27
WE HAVE TO ALWAYS TRUST GOD
ISAIAH 26:1-6
Trust in the Lord forever, for the Lord,
the Lord himself, is the Rock eternal. (NIV)
Isaiah 26:4
When I was a teen I went fishing with a friend and got in the boat.
My friend must have clearly seen my fear, because he asked: “Don’t you trust me?”
I replied: “I trust you, but not the boat or the water.” The boat rocked a lot.
I was so scared I didn’t catch anything, but my friend had a good time.
I was afraid, and fear paralyzed me. I couldn’t enjoy the outing.
Every time I tell someone: “You have to trust God more” I think of
that episode as a great burden on my conscience and ask myself: “And me? Am I
really trusting more in God or myself?” And I think of the image of the boat
and that of Peter sinking in the water because he trusted himself more than
Jesus’ words.
Through Isaiah, God invites us to always trust Him. I know, from my
experience in the boat, that many times in life we are paralyzed with fear
because we don’t trust God. Now I know: I can trust God. He will guide my life.
He will be over me to protect me, under me to support me, and beside me to
accompany me. I know this because I have had many experiences in which He has
shown me that this is so. I still have not gotten into a boat, but I am sure
that if I try it again, He will help me have a great time and catch some fish.
Prayer: Help
me, Lord, to overcome my fears by trusting more in You. Amen.
Translation: George Meek
TENEMOS QUE CONFIAR EN DIOS
SIEMPRE
ISAIAS 26:1-6
Confíen siempre en el Señor,
porque él es refugio eterno.
Isaías 26:4
De adolescente salí a pescar con un amigo y me
subí al bote. Debía de notárseme mucho el miedo pues mi amigo preguntó: “¿No
confías en mí?” le contesté: “En ti sí, pero ni en el bote ni en el agua”. El
bote se movía mucho. De tanto miedo no pesqué nada, mientras mi amigo
disfrutaba del momento.
Tuve miedo, y el miedo me paralizó. No me permitió
disfrutar de ese día.
Cada vez que le digo a alguien: “Tienes que
confiar más en Dios” me viene a la mente aquel episodio como un gran cargo de
conciencia y me pregunto: “¿Y yo? ¿Estoy realmente confiando en Dios o más en
mí mismo?” Y me viene la imagen del bote y la de Pedro hundiéndose en el agua
porque confiaba más en él que en las palabras de Jesús.
Dios nos invita a través de Isaías a confiar
siempre en Él. Yo sé, por mi experiencia del bote, que hay muchos momentos en
la vida en los cuales, por no confiar en Dios, nos paralizamos, nos llenamos de
angustia y nos invade el temor. Ahora lo sé: puedo confiar en Dios. Él me va a
guiar en la vida. Va a estar sobre mí para protegerme, debajo de mí para
sostenerme y al lado mío para acompañarme. Lo sé porque he pasado por muchas
experiencias en las que Él me demostró que así es. Todavía no volví a subirme a
un bote; pero seguro, si alguna vez me animo, Él me dará la posibilidad de
disfrutar de un gran día, y pescar algo.
Oración: Ayúdame Señor, a
enfrentar mis miedos confiando más en ti. Amén.
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